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Tres raciones semanales de patatas fritas, asociadas a un mayor riesgo de diabetes

Consumir tres raciones de patatas fritas a la semana se asocia con un aumento del 20 % en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, pero consumir cantidades similares de patatas cocinadas de otras formas (hervidas, al horno o en puré) no aumenta sustancialmente el riesgo, según un estudio publicado en BMJ. El trabajo, que analizó la dieta de más de 205.000 adultos durante décadas, mostró que sustituir cualquier forma de patata por cereales integrales se asoció con un menor riesgo de diabetes tipo 2. 

07/08/2025 - 00:30 CEST
Reacciones

Cristóbal Morales - patatas fritas diabetes

Cristóbal Morales

Especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Vithas Sevilla

Science Media Centre España

El estudio es riguroso y está bien diseñado. Aunque no puede demostrar causalidad, aporta evidencia valiosa y ya conocida que respalda las recomendaciones actuales de priorizar cereales integrales y limitar alimentos fritos, incluso cuando se trata de opciones que en principio pueden parecer “sanas” como las patatas. 

Un claro mensaje: la prevención de la diabetes tipo 2 empieza por incorporar y mantener estilos de vida y nutricionales saludables. 

No declara conflicto de interés
ES

Marta comas - patatas fritas

Marta Comas Martínez

Nutricionista e investigadora del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Vall Hebron, miembro de la Unidad de Tratamiento Integral de la Obesidad y del grupo de investigación de Diabetes y Metabolismo del Instituto de Investigación de Vall Hebron

Science Media Centre España

La nota de prensa resume correctamente los principales hallazgos del estudio. 

Este estudio ha analizado tres grandes grupos de bases de datos con más de 200.000 participantes durante 38 años, para evaluar el impacto del consumo de patata y el desarrollo de diabetes tipo 2, además de poder valorar también el efecto que se produce al sustituir la patata por otros alimentos. 

Los resultados no solo reflejan que el consumo total de patata puede incrementar el riesgo de diabetes tipo 2 sino también el método de cocción utilizado, siendo la patata frita la que implica mayor porcentaje de riesgo de padecer diabetes tipo 2 respecto al resto de formatos de cocción. También se ha observado que sustituir las patatas por cereales integrales disminuye dicho riesgo, así como el uso de cereales refinados lo aumenta. 

El hecho de contrastar tantos datos durante un periodo de tiempo tan extenso permite tener un grado de solidez y calidad al estudio realizado. 

Me parece que las fortalezas y limitaciones del estudio están correctamente reflejadas en el artículo. 

En la práctica diaria, por lo tanto, se debe tener en cuenta no solo el ingrediente en sí, sino el cómo está tratado y elaborado, así como con qué se acompaña o sustituye en el plato, siendo más beneficioso el incrementar el consumo y uso de fibra para disminuir el riesgo de diabetes tipo 2.

Declara no tener conflicto de interés
ES

Diana A. Díaz Rizzolo - patatas fritas diabetes

Diana A. Díaz Rizzolo

Profesora en el Departamento de Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), miembro del Grupo de investigación NUTRALiSS Nutrición, Alimentación, Salud y Sostenibilidad de la UOC, coordinadora del Grupo de Trabajo de Estilos de Vida de la Sociedad Española de Diabetes

Science Media Centre España

Es un estudio potente que utiliza datos de tres grandes cohortes estadounidenses, lo que le da mucha robustez. Aunque es observacional, está bien diseñado y ajustado por múltiples factores, por lo que, a pesar de que no puede demostrar causalidad por la naturaleza del estudio, sus resultados permiten plantearla como una posibilidad razonable. ¿Por qué? Pues porque aborda un punto clave que muchos estudios epidemiológicos nutricionales suelen pasar por alto y es donde radica habitualmente el sesgo: analiza con precisión qué alimentos se consumen cuando no se consumen las patatas fritas.  

Esto es clave, ya que en nutrición no importa solo qué comemos, sino también qué dejamos de comer al hacerlo. El alimento de reemplazo puede modificar completamente el impacto de una decisión dietética y este patrón dietético global suele tener mayor peso en la salud global que el aporte de un alimento concreto.  

Sí, se observa un aumento del riesgo relativo (no absoluto) del 20 % cuando se consumen patatas fritas, pero no se observa para otros tipos de cocción y esto refuerza la idea de no demonizar alimentos completos sin tener en cuenta cómo se preparan, con qué se acompañan o por qué se sustituyen. De hecho, el estudio muestra que cambiarlas por cereales integrales puede ser beneficioso mientras que sustituirlas por arroz blanco puede ser aún peor para nuestro perfil glucémico, lo que en realidad va bastante alineado con las recomendaciones de las guías actuales.

 

Declara no tener conflicto de interés
ES
Publicaciones
Total and specific potato intake and risk of type 2 diabetes: results from three US cohort studies and a substitution meta-analysis of prospective cohorts
    • Artículo de investigación
    • Revisado por pares
    • Estudio observacional
    • Humanos
Revista
The BMJ
Fecha de publicación
Autores

Seyed Mohammad Mousavi et al.

Tipo de estudio:
  • Artículo de investigación
  • Revisado por pares
  • Estudio observacional
  • Humanos
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