Marta Comas Martínez
Nutricionista e investigadora del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Vall Hebron, miembro de la Unidad de Tratamiento Integral de la Obesidad y del grupo de investigación de Diabetes y Metabolismo del Instituto de Investigación de Vall Hebron
La nota de prensa resume correctamente los principales hallazgos del estudio.
Este estudio ha analizado tres grandes grupos de bases de datos con más de 200.000 participantes durante 38 años, para evaluar el impacto del consumo de patata y el desarrollo de diabetes tipo 2, además de poder valorar también el efecto que se produce al sustituir la patata por otros alimentos.
Los resultados no solo reflejan que el consumo total de patata puede incrementar el riesgo de diabetes tipo 2 sino también el método de cocción utilizado, siendo la patata frita la que implica mayor porcentaje de riesgo de padecer diabetes tipo 2 respecto al resto de formatos de cocción. También se ha observado que sustituir las patatas por cereales integrales disminuye dicho riesgo, así como el uso de cereales refinados lo aumenta.
El hecho de contrastar tantos datos durante un periodo de tiempo tan extenso permite tener un grado de solidez y calidad al estudio realizado.
Me parece que las fortalezas y limitaciones del estudio están correctamente reflejadas en el artículo.
En la práctica diaria, por lo tanto, se debe tener en cuenta no solo el ingrediente en sí, sino el cómo está tratado y elaborado, así como con qué se acompaña o sustituye en el plato, siendo más beneficioso el incrementar el consumo y uso de fibra para disminuir el riesgo de diabetes tipo 2.