Numerosos incendios se encuentran activos en diferentes puntos de la península
Diversas zonas de la comarca leonesa de El Bierzo y de la provincia de Zamora han registrado en las últimas horas numerosos incendios forestales, que han obligado a desalojar a más de mil personas de diferentes municipios. Una persona ha fallecido. Las llamas han afectado al espacio natural de Las Médulas, catalogado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Otro incendio en Tarifa (Cádiz) ha provocado la evacuación de cientos de personas y también en Tres Cantos (Madrid), donde ha fallecido otra persona. Además, hay focos activos en varias zonas de Galicia. El Gobierno ha declarado la fase de preemergencia.
Vista del incendio forestal que afecta a Las Médulas este domingo. EFE/ Ana F Barredo.
Cristina Santín - incendios Zamora y León
Cristina Santín Nuño
Científica titular del CSIC y jefa del Departamento de Biodiversidad y Cambio Global del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Universidad de Oviedo-CSIC)
Con tantos días de ola de calor y riesgo alto de incendio, ¿es normal que haya tantos incendios a la vez o se sale de habitual?
“Es esperable. Después de una primavera tan húmeda como la de este año en la que la vegetación ha crecido mucho, ahora nos encontramos con una situación de calor extremo, vientos fuertes y mucho tiempo (en algunos casos varios meses) sin lluvia. Si sumamos a esto que es relativamente fácil que en algún lugar haya una chispa que empiece un incendio (bien por tormentas secas, negligencias y accidentes o incluso por causas provocadas), tenemos todos los ingredientes para el “cóctel molotov” que estamos viendo ahora mismo no solo en España sino también en otros países mediterráneos”.
¿Qué perspectivas hay de su evolución?
“Va a depender mucho de lo que haga el tiempo en los próximos días. No podemos olvidar que, en muchos casos, cuando los incendios son muy grandes, rápidos e intensos, no se pueden controlar totalmente por muchos medios de extinción que se dediquen a ellos. En principio, parece que la ola de calor actual va a empezar a remitir en un par de días, así que eso podría dar una tregua. Con un ambiente tan seco y un paisaje tan inflamable como el que tenemos ahora, hay que extremar las precauciones para evitar que negligencias o accidentes comiencen incendios que ya no solo causan grandes problemas medioambientales, sino que ponen en peligro a la población”.
¿Qué valoración hace de los incendios de lo que llevamos de verano?
“Personalmente, hoy es un día triste para mí porque soy del Bierzo y allí ha quemado Las Médulas, paraje bellísimo con castaños centenarios y patrimonio de la humanidad de la Unesco. En España nos enfrentamos a una nueva realidad de incendios forestales, porque nuestros paisajes han cambiado mucho las últimas décadas (hay más vegetación susceptible de arder) y ahora, el cambio climático está haciendo que haya más oportunidades en las que estos paisajes pueden quemarse de forma más generalizada, intensa y peligrosa. Hay muchas cosas por hacer, como mejorar la prevención de incendios y también, mejorar la comunicación y que los habitantes de las zonas rurales tengan claro lo que tienen que hacer en estas situaciones”.
Jesús Santiago Notario - incendios León y Zamora
Jesús Santiago Notario del Pino
Profesor Titular del departamento de Biología Animal, Edafología y Geología de la Universidad de La Laguna
Con tantos días de ola de calor y riesgo extremo de incendio, ¿es normal que haya tantos incendios a la vez o se sale de habitual?
“La península ha sufrido varias olas de calor recientes, siendo esta la más intensa y prolongada. Eso prepara (es decir, seca) el combustible, por lo que la ignición de varios incendios de gran magnitud no es extraña, al menos para mí”.
¿Qué perspectivas hay de su evolución?
“Dependerá, sobre todo, de la meteorología y de las características de la masa vegetal afectada. Si la acumulación de materia combustible es lo bastante grande, la intensidad del fuego generará su propio régimen de circulación de aire y eso hará más imprevisible el comportamiento del incendio, a la vez que dificultará su extinción y control”.
¿Qué valoración hace de los incendios de lo que llevamos de verano?
“Están ardiendo zonas del centro y noroeste, teóricamente menos proclives a fuegos severos (en comparación con el litoral mediterráneo, por ejemplo). Esto para mí es llamativo. En cualquier caso, las condiciones de calor extremo y prolongado favorecen un escenario como el actual”.
Adrián Regos - incendios León y Zamora
Adrián Regos Sanz
Investigador posdoctoral Ramón y Cajal en la Misión Biológica de Galicia (MBG-CSIC) y jefe del grupo de investigación ECOP – Ecología del Paisaje
Es normal que durante las olas de calor el riesgo de incendios sea muy elevado. En estas condiciones, basta cualquier ignición —ya sea de origen natural o antrópico— para generar incendios como los que estamos viendo estas semanas. El número de igniciones en el noroeste ibérico es muy alto y, en la mayoría de los casos, de origen humano, ya sea por negligencia o de forma intencionada.
Las olas de calor en verano son habituales, aunque los registros recientes muestran un aumento en su frecuencia, duración e intensidad. Esto genera condiciones meteorológicas muy favorables para la propagación del fuego, especialmente si la ignición se produce en zonas con alta carga de combustible (vegetación), lo que dificulta el control del incendio. En el noroeste peninsular, la temporada de incendios se está alargando, por lo que es previsible que sigamos viendo nuevos incendios hasta bien entrado el otoño, antes de que lleguen las lluvias y cuando la vegetación está más estresada por la sequía.
Este régimen de incendios se enmarca en la tendencia observada en los últimos años y el cambio climático favorecerá la proliferación de grandes incendios forestales, complicando aún más su extinción. No es algo nuevo: el sector lleva tiempo reclamando mejorar las condiciones laborales y profesionales de quienes luchan contra el fuego, personas que se dejan la piel —y a veces la vida— en la extinción. Sin embargo, los incendios “se apagan en invierno”: la prevención requiere una gestión del territorio a escala de paisaje que lo haga más resistente y resiliente. El paisaje agroforestal actual es fruto de políticas de los últimos 50–60 años y no puede revertirse de un día para otro, pero en el contexto climático actual solo queda planificar la prevención para optimizar los recursos disponibles. No existe una única solución, sino un conjunto de medidas adaptadas a cada territorio, integradas para generar sinergias y maximizar la eficacia. Parte de la solución pasa también por reconocer y recompensar las funciones de protección frente a incendios que ofrecen las actividades agropastorales y ganaderas, más allá de su producción económica directa.
Cristina Montiel - incendios León y Zamora
Cristina Montiel Molina
Catedrática de Análisis Geográfico Regional y directora del Grupo de Investigación 'Geografía, Política y Socioeconomía Forestal'
Con tantos días de ola de calor y riesgo extremo de incendio, ¿es normal que haya tantos incendios a la vez o se sale de habitual?
“Con esta ola de calor intensa y un riesgo extremo de incendios forestales es efectivamente inevitable la situación de simultaneidad de grandes incendios forestales, que es lo que se conoce como “incendios de quinta generación”. Más que normal, es lo esperable en el contexto de cambio climático que vivimos.
Naturalmente, no podemos considerarlo normal ni aceptable porque no lo son las causas que están provocando este cambio climático. Lo que se sale de lo habitual son los registros extremos de temperaturas, que están generando este riesgo de grandes incendios simultáneos, por lo que se conoce como sequía térmica o flash drought, provocada por el impacto concentrado y prolongado del calor en la vegetación y en el suelo (fuerte evaporación y evapotranspiración), aun cuando las lluvias de la pasada primavera han impedido la sequía hídrica (escasez de agua superficial y subterránea).
En estas condiciones de disponibilidad de combustible (propensión de la vegetación a arder con alta intensidad y velocidad de propagación) generalizada por los efectos de la sequía térmica, las rachas de viento de alta velocidad (incluso si es de componente norte, como ocurrió en Navarra la semana pasada) y las tormentas secas, completan un escenario meteorológico en el que se desencadenan grandes incendios en diferentes puntos a la vez, por cualquier causa de ignición. Y esto es lo que está ocurriendo”.
¿Qué perspectivas hay de su evolución?
“Dado que la causa de esta situación de grandes incendios simultáneos que estamos sufriendo es la ola de calor, su evolución está ligada a las condiciones meteorológicas. Afortunadamente, la preparación y actuación del sistema operativo de defensa, junto con un magnífico sistema de información meteorológica y del estado del combustible, están permitiendo gestionar esta crisis de emergencia con una profesionalidad y eficacia extraordinarias. En algunos casos está siendo también muy acertada la toma de decisiones políticas al declarar niveles de alerta de los Planes Especiales de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales de las comunidades autónomas para prohibir ciertas actividades en el medio rural que incrementan el riesgo de ignición en esta situación de riesgo extremo”.
¿Qué valoración hace de los incendios de lo que llevamos de verano?
“La valoración del riesgo, de la ocurrencia y del tipo de incendios que se están produciendo no puede ser en ningún caso positiva. Como tampoco lo es la pérdida de vidas humanas y de patrimonio natural. Sí lo es, en cambio, la valoración de la actuación de los diferentes sistemas de gestión de la emergencia en las comunidades autónomas que se están viendo afectadas, la valoración de la profesionalidad y eficacia de los servicios de defensa (equipos de bomberos forestales y sistemas de información, análisis y toma de decisiones), y muy especialmente la valoración de la coordinación a diferentes niveles y escalas para gestionar estas situaciones críticas de simultaneidad de grandes incendios”.
Víctor Fernández - incendios León y Zamora
Víctor Fernández-García
Profesor en el departamento de Ingeniería y Ciencias Agrarias de la Universidad de León
En mi opinión, factores a largo y a corto plazo han confluido para dar lugar a este conjunto de episodios, en cierto modo, predecibles.
- A largo plazo, destaca el cambio de sistema socioeconómico que ha ocurrido en las últimas décadas, particularmente en el entorno rural de ciertas zonas como Galicia o en las áreas montañosas de Castilla y León. La despoblación y el abandono de los aprovechamientos y prácticas tradicionales del monte ha dado lugar a nuevos paisajes, más propensos a grandes incendios forestales.
- A más corto plazo, la primavera de 2025 ha sido bastante favorable para una alta acumulación de combustible fino. Esto, junto con los episodios de calor extremo que estamos viviendo en el actual contexto de cambio climático ha creado unas condiciones muy favorables para el fuego en este verano en particular.