¿Cuándo y dónde se celebra la COP30?
La Cumbre del Clima o COP30 tendrá lugar en Belém, capital del estado de Pará en Brasil, situada en la desembocadura del río Amazonas y a las puertas de la Amazonia, ecosistema clave que ya está sufriendo los daños de la crisis climática. La cumbre se celebrará del 10 al 21 de noviembre y estará presidida por André Corrêa do Lago, diplomático y actual secretario de Clima, Energía y Medio Ambiente del Ministerio de Relaciones Exteriores del Gobierno de Brasil que preside Lula Da Silva. Corrêa do Lago estuvo al frente de la delegación brasileña en las dos últimas COP.
“Las expectativas, como siempre, son altas, a pesar de las incertidumbres, como las relativas a la organización del evento, al liderazgo del país anfitrión y a la prevención sobre posibles iniciativas que frustren los resultados que se puedan obtener”, destaca al SMC España Carlos de Miguel Perales, abogado y profesor de Derecho Civil y del Medio Ambiente en la facultad de Derecho de la Universidad Pontificia de Comillas-ICADE.
Desde Brasil, Karen Silverwood-Cope, directora de Clima del Instituto de Recursos Mundiales de ese país y coordinadora del Grupo de Políticas Públicas de Rede Clima, subraya las relaciones entre la cumbre y la política brasileña. “Desde el primer mandato del gobierno de Lula —que tuvo lugar de 2003 a 2011—, el clima siempre se ha tratado como un pilar fundamental de la política exterior de Brasil, con la firme convicción de que Brasil puede y debe desempeñar un papel de liderazgo en la acción climática mundial”, señalaba en un encuentro informativo organizado por la agencia Browning Environmental Communications la semana pasada.
Las expectativas, como siempre, son altas, a pesar de las incertidumbres
Carlos de Miguel Perales
Está prevista la presencia de jefes de Estado, autoridades, científicos, empresarios, oenegés, activistas y miembros de la sociedad civil de más de 190 países. “De las cosas más esperanzadoras es que, al hacerse en Brasil, habrá una altísima participación de las naciones indígenas, más de 1.000 representantes”, afirma al SMC España Fernando Valladares, investigador del CSIC y profesor asociado en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
¿Qué significan las siglas COP y cuándo empezaron?
COP son las siglas en inglés de Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Clima. Esta conferencia es el órgano de decisión de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CNMUCC). La convención fue adoptada en Nueva York (EE. UU.) en 1992, entró en vigor en 1994 y la han ratificado 198 partes —197 Estados y la Unión Europea—.
El número 30 de esta COP significa que es la trigésima reunión de esta conferencia. La primera tuvo lugar en Berlín en 1995. Las COP se celebran anualmente —salvo en 2020, debido a la pandemia— y en ellas los países se reúnen para tomar medidas con el propósito de alcanzar los objetivos climáticos acordados en el marco del Acuerdo de París —que se logró en la COP21 de París en 2015— y de la CMNUCC.
“El Acuerdo de París fue un acuerdo ilusionante y creo que tenemos que recuperar un poco esa ilusión”, afirma Valladares. Hacía 11 años que una cumbre de este tipo no se celebraba en Latinoamérica, tras la COP20 de Lima (Perú) de 2014.
¿Qué objetivos se marca esta cumbre?
Como en otras COP, los dos temas centrales son limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales y los compromisos de financiación climática. La organización afirma que se monitorizarán los avances conseguidos desde la cumbre anterior y se acelerarán futuras acciones.
“Los principales desafíos incluyen alinear los compromisos de los países desarrollados y en desarrollo en relación con la financiación climática, garantizar que las metas de reducción de emisiones sean compatibles con la ciencia climática y abordar los impactos socioeconómicos del cambio climático en poblaciones vulnerables”, señalan.
Además, este año es clave porque las 195 partes firmantes del Acuerdo de País deben presentar nuevas contribuciones nacionales, conocidas como las NDC por sus siglas en inglés. Las NDC especifican las medidas que cada país pretende adoptar para limitar el calentamiento del planeta a 1,5 °C, tal y como se acordó en el Acuerdo de París. Cada cinco años, este documento debe presentarse a la CMNUCC. En esta web de la CMNUCC se puede consultar quiénes las han presentado ya.
Desde la organización brasileña reclaman que las NDC 3.0 —que representan la tercera ronda de contribuciones de cada país— “tienen que ser progresivas y más ambiciosas que las NDC actuales”.
“Cuando echamos la vista atrás y observamos cómo estas NDC pueden ser una palanca para la transición, empezamos a verlas utilizarse como una señal de hacia dónde se dirige una economía”, recordaba Cassie Flynn, directora global de Cambio Climático del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la sesión informativa de la semana pasada. También está previsto que se debata sobre un nuevo plan de acción sobre género y clima, pues en Bakú decidió prorrogarse el plan anterior.
¿Cuáles son las asignaturas pendientes de la COP de Bakú?
Al borde del colapso y tras largas negociaciones, la cumbre de Bakú consiguió un acuerdo para fijar la nueva meta de financiación climática. El acuerdo contemplaba que serán, al menos, 300.000 millones de dólares anuales lo que aportarán los países ricos a los de menos recursos hasta 2035, dentro de un compromiso más amplio de hasta 1,3 billones de dólares. Una cifra muy inferior a la planteada inicialmente.
“Hace falta concretar los compromisos adquiridos y las ayudas, concretar el abandono de los combustibles fósiles y establecer hojas de ruta claras para conseguir los objetivos propuestos”, resume De Miguel Perales.
Valladares señala que la gran asignatura pendiente es encontrar el mecanismo financiero para que ese fondo de ayuda llegue a los países más vulnerables, porque, como recuerda el biólogo, esta será la quinta cumbre en que se aborda esta cuestión.
La falta de consecuencias reales para los países que no toman las medidas que se acuerdan es uno de los males endémicos de estas cumbres y una asignatura pendiente importantísima
Fernando Valladares
“También están las auditorías, las declaraciones cuantitativas de las emisiones de cada país”, subraya y pide que haya consecuencias para quienes no cumplen. “No puede ser que nada sea vinculante en los momentos en los que estamos”, denuncia; y propone que haya sanciones. “La falta de consecuencias reales para los países que no toman las medidas que se acuerdan es uno de los males endémicos de estas cumbres y una asignatura pendiente importantísima”, resalta.
A pesar de la falta de ambición de estos encuentros y de que siempre se consiga menos de lo inicialmente previsto, según Valladares las COP son “necesarias” e “imprescindibles” porque avanzan y permiten observar los acuerdos entre los países.
¿Cómo influye la posible ausencia de Estados Unidos en Belém y la decisión de Donald Trump de abandonar por segunda vez el Acuerdo de París?
Desde que en enero de 2025 tomó posesión de su cargo como presidente de Estados Unidos por segunda vez, Donald Trump ha tomado decisiones trascendentales que van en contra de la lucha contra la crisis climática, entre ellas, anunciar, también por segunda vez, que su país abandonaba el Acuerdo de París.
“Estados Unidos es la excepción a la tendencia que hemos estado observando en cuanto a la verdadera resiliencia de la diplomacia climática mundial. A pesar de que Estados Unidos ha abandonado el Acuerdo, o está a punto de hacerlo por segunda vez, esto no ha llevado a ningún otro país a seguir su ejemplo. Tampoco lo hizo la última vez”, alegaba Lou Leonard, decano de la facultad de Clima, Medio Ambiente y Sociedad de la Universidad Clark (Estados Unidos), durante la sesión informativa que moderó.
“Aunque Estados Unidos cada vez tiene menos relevancia fáctica, todavía sigue teniendo mucha”, alerta Valladares. Lula da Silva volvió a invitar ayer mismo a Donald Trump a asistir a la COP30, como recoge Agência Brasil, pero se desconoce si asistirá él o algún representante de su país. Según la directora de Cambio Climático de la PNUD, la semana pasada no tenían ninguna confirmación sobre si enviarán o no una delegación.
Estados Unidos tendría la posibilidad de enviar una delegación a la COP oficialmente, aunque se hayan retirado del Acuerdo de París. Pero no hemos tenido noticias al respecto
Cassie Flynn
“Siguen siendo parte de la CMNUCC, siguen siendo parte de la convención. Tendrían la posibilidad de enviar una delegación a la COP oficialmente, aunque se hayan retirado del Acuerdo de París. Pero no hemos tenido noticias al respecto”, añadió. En opinión de De Miguel Perales, la ausencia de Estados Unidos no es buena noticia para la lucha contra el cambio climático, pero la COP debe seguir avanzando.
¿Cuál es el papel de la Unión Europea?
“La UE debe mantener su liderazgo con hechos y propuestas concretos”, afirma el profesor de la Universidad Pontificia de Comillas-ICADE. Valladares se muestra más pesimista: “Una Europa, irreconocible, Estados Unidos que no está, el petróleo más caro que nunca y las crisis bélicas hacen que incluso las expectativas más optimistas para esta cumbre hagan pensar que no van a obtenerse muchas cosas”, resume.
El pasado 21 de octubre, el Consejo Europeo aprobó unas conclusiones de cara al encuentro: “Debemos salir de Belém con un camino claro por delante para mantener el objetivo de 1,5 °C al alcance. El cambio climático ya está aquí, y tenemos que actuar y adaptarnos cuanto antes. El siguiente paso es la contribución determinada a nivel nacional (NDC) de la UE y la Ley del Clima”, explicaba Lars Aagaard, ministro de Energía, Clima y Servicios Públicos de Dinamarca, que es el país que asume la presidencia rotatoria del Consejo Europeo hasta el 31 de diciembre.
Debemos salir de Belém con un camino claro por delante para mantener el objetivo de 1,5 °C al alcance. El cambio climático ya está aquí, y tenemos que actuar y adaptarnos cuanto antes. El siguiente paso es la contribución determinada a nivel nacional (NDC) de la UE y la Ley del Clima
Lars Aagaard
Las conclusiones subrayan la necesidad de triplicar la capacidad de energía renovable a nivel mundial y duplicar la tasa media anual mundial de mejora de la eficiencia energética para 2030, junto con una aceleración de las tecnologías de emisiones cero y bajas emisiones y la eliminación gradual de la producción y el consumo de energía procedente de combustibles fósiles. “Estos esfuerzos deben ir acompañados de la eliminación gradual de las subvenciones a los combustibles fósiles y la descarbonización industrial”, señala el comunicado.
Las conclusiones hacen hincapié también en la necesidad de reforzar las medidas de adaptación y en aumentar la financiación para el clima. “La UE acoge con satisfacción el nuevo objetivo cuantificado colectivo (NCQG) en materia de financiación para el clima adoptado en la COP29 en Bakú y, a este respecto, las conclusiones subrayan la necesidad de identificar acciones y medidas que contribuyan a aumentar la financiación para el clima y a desbloquear 1,3 billones de dólares para 2035 con el fin de apoyar a los países en desarrollo en sus esfuerzos de adaptación al clima y mitigación”, recoge el documento. El 10 de octubre, el Consejo aprobó unas conclusiones centradas en financiación climática.
En 2024 por primera vez se superó el aumento de 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales. ¿Tiene sentido mantener ese límite?
Es cierto que el año 2024 fue el más cálido registrado en el mundo y el primer año natural en que la temperatura media mundial superó en 1,5 °C su nivel preindustrial, según datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, que también muestran un incremento en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo relacionados con el cambio climático. Ese aumento de 1,5 ºC es importante porque es la cifra que se fijaba como línea roja el Acuerdo de País.
Sin embargo, “los límites de 1,5 °C o 2 °C establecidos en el Acuerdo de París no se refieren a un único año específico, como sucedió en 2024, sino al promedio en un cierto número de años que filtre las oscilaciones anuales debido a fenómenos como El Niño”, puntualizaba en una reacción recogida por el SMC España Ernesto Rodríguez Camino, meteorólogo superior del Estado y presidente de la Asociación Meteorológica Española.
Aunque el límite de 1,5 ºC se ha perdido, esta no es razón para tirar la toalla, sino al contrario, de afilar las políticas climáticas y energéticas que nos conducirán a un mundo descarbonizado
Pep Canadell
¿Significa eso que el objetivo es inalcanzable? Dos artículos publicados en Nature Climate Change el pasado mes de febrero analizaban precisamente esa posibilidad. Ambos trabajos sugieren que haber superado el umbral en 2024 podría indicar que hemos entrado en un período de varias décadas con calentamiento global medio de 1,5 ºC. Según los autores, se necesitan esfuerzos rigurosos de mitigación climática para mantener los objetivos del Acuerdo de París a nuestro alcance.
“Hay sobrada evidencia de que el objetivo más importante del Acuerdo de París de limitar el aumento de temperatura a 1,5 ºC se ha perdido. Y, a menos que se tomen acciones más agresivas en mitigación rápidamente, lo mismo pasará con el objetivo de evitar temperaturas por debajo de los 2 ºC”, alegaba Pep Canadell, director ejecutivo del Global Carbon Project e investigador jefe del Centro de Ciencias del Clima CSIRO en Canberra (Australia). Y, precisamente por eso, el científico llama a reforzar la acción política por el clima: “Esta no es razón para tirar la toalla, sino al contrario, de afilar las políticas climáticas y energéticas que nos conducirán a un mundo descarbonizado”.