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Ana Hernández

Investigadora en Sostenibilidad de la Fundación para la Investigación del Clima (FIC)

La metodología empleada en el Global Carbon Budget 2025 sigue manteniendo la solidez característica que identifica a este consorcio internacional. Este trabajo involucra observaciones atmosféricas, balances de carbono oceánicos y terrestres, además de estimaciones actualizadas de uso del suelo y combustibles fósiles, que aportan una imagen robusta y coherente del ciclo global del carbono. En este sentido, se puede considerar que su principal aporte se encuentra en la continuidad temporal y el tratamiento mejorado de las incertidumbres, lo cual permite la comparación de tendencias con mucha consistencia interanual. El análisis corrobora que las emisiones fósiles tocaron un máximo histórico en 2024 (37,4 Gt CO₂), con descensos parciales en EE UU y la UE compensados con aumentos en India y China. 
 
El estudio destaca una vez más que, si se mantienen las emisiones actuales, la posibilidad de rebasar 1,5 °C en la próxima década es sumamente alta, demostrando así la urgencia de recortar drásticamente el uso de combustibles fósiles previo a 2030. Entre sus limitaciones, el propio equipo reconoce la incertidumbre perdurable en los flujos netos terrestres y la estimación de emisiones provenientes de cambios en el uso del suelo. 

Coincidiendo con la COP30, estos hallazgos resaltan la idea de que los compromisos climáticos nacionales continúan siendo decepcionantemente inadecuados para estabilizar el clima. El informe, que es una referencia reconocida, debería servir como guía científica esencial para inspirar políticas de mitigación mucho más ambiciosas y una aceleración palpable de que la transición energética mundial sí es posible.

ES