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César San Juan

Investigador del departamento de Psicología Social y profesor de Psicología Criminal en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)

Con la información proporcionada podemos intuir que la metodología es sólida. La desconexión fronto-límbica coincide con hallazgos previos en TEPT. La novedad es haber realizado el análisis tras una agresión sexual. Que en más de la mitad de las pacientes la conexión amígdala-corteza, encargada de gestionar las emociones, casi desaparezca es un resultado extraordinariamente destacable.

Es relevante, igualmente, que no se halló correlación entre la desconexión amígdala-corteza y la severidad de síntomas, lo que indica que esta alteración es propia del TEPT, pero no refleja la gravedad clínica. Al ser un estudio transversal, las investigaciones futuras deberán explorar datos longitudinales para confirmar los hallazgos.

Este trabajo refuerza la base neurobiológica del TEPT tras una agresión sexual, subrayando la necesidad de un seguimiento psicológico temprano de las víctimas. Si se confirma que la desconexión amígdala-prefrontal predice la respuesta terapéutica, la neuroimagen podría ayudar a identificar casos de mayor riesgo y personalizar el tratamiento.

ES