Ethel Eljarrat
Directora del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC)
Sin duda, este trabajo es de gran interés, sobre todo ahora que nos encontramos a las puertas de la quinta sesión de negociaciones internacionales para concretar un primer tratado mundial para luchar contra la contaminación por plásticos, en Busan (Corea del Sur).
El estudio evalúa el impacto de las ocho propuestas incluidas en el borrador del tratado de la ONU para la reducción de los residuos plásticos, identificando aquellas que realmente aportarían mejoras considerables a la situación actual. Y, como siempre decimos, el problema del plástico no debe abordarse desde una única perspectiva, sino que deben combinarse varias medidas conjuntas. Precisamente este estudio también evalúa los logros que se obtendrían con la combinación de diferentes medidas. Según este estudio, una buena solución sería combinar:
- El límite de producción de plástico virgen a los niveles del año 2020.
- Un elevado impuesto sobre el consumo de envases.
- Un mandato de contenido reciclado mínimo del 40 %.
- Una inversión de 50 billones de dólares en la gestión de residuos.
Por lo tanto, es evidente que [la propuesta del] grupo de países en el que se engloban los productores de plástico, [que] se centra en fortalecer el reciclado sin establecer un tope en la producción, no sería la estrategia correcta. Es evidente que el límite de producción de plástico virgen debe ser sin duda la primera medida a tomar en el tratado mundial. Lo que se debería decidir ahora en Busan es qué tope se establece.