Verlaine Timms
Investigadora sénior en la Universidad de Newcastle (Australia)
El informe mundial de la OMS sobre la resistencia a los antibióticos aboga por un enfoque One Health (Una sola salud) que vincule la salud humana, animal y medioambiental. Sin embargo, la mayor parte de los datos siguen procediendo de hospitales y clínicas, y se centran en las infecciones humanas causadas por bacterias como E. coli y Klebsiella. Los resultados son preocupantes, ya que la resistencia sigue aumentando y los tratamientos están fallando.
Pero hay un gran punto ciego. La resistencia a los antibióticos no se limita a los hospitales y no solo se propaga a través de bacterias dañinas. También puede ser transmitida por microbios inofensivos que se encuentran en los animales, el agua, el suelo e incluso dentro de nuestros propios cuerpos. Estos microbios actúan como portadores silenciosos, transmitiendo genes de resistencia a bacterias más peligrosas. Eso significa que desempeñan un papel fundamental en la propagación de la resistencia, aunque ellos mismos no causen enfermedades.
Al fijarnos únicamente en los microbios que enferman a las personas, estamos ignorando la red más amplia que contribuye a la propagación de la resistencia. La encuesta Tricycle de la OMS tiene como objetivo rastrear la E. coli resistente en personas, animales y el medioambiente. Pero la mayor parte de los datos siguen procediendo de la salud humana. Para abordar verdaderamente la resistencia a los antibióticos, debemos prestar atención a los microbios que solemos pasar por alto.