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El coronavirus causante del MERS sigue circulando desde que emergió en 2012, fundamentalmente en países de Oriente Medio, incluido Catar. En ese sentido, y teniendo en cuenta que además tenemos otro coronavirus, el SARS-CoV-2, circulando por todo el mundo, tiene mucho sentido la alerta de la OMS para que todos los que viajaban al mundial estuviesen preparados frente a posibles síntomas de la infección.

También hay que tener en cuenta que, a día de hoy, la transmisión de MERS-CoV entre personas no es muy eficiente, salvo que sean personas muy vulnerables (inmunodeprimidos, etc.), pero la transmisión es más eficiente de camellos a humanos y por ello la OMS recomendaba tener cuidado con este tipo de contacto de riesgo.

Desgraciadamente, en ninguno de los casos de posibles infecciones se está haciendo un diagnóstico (por ejemplo, mediante PCR, establecida desde hace años) para saber si esas infecciones son por MERS-CoV o no y, por tanto, no se puede culpar con certeza al MERS-CoV ("virus del camello") de estos casos. Habría sido muy aconsejable que se hiciese este tipo de diagnóstico, dado que una coinfección de MERS-CoV y SARS-CoV-2 (por ejemplo, al retornar al país de origen) podría causar una enfermedad mucho más severa, como se ha determinado en los pocos casos de coinfección por estos dos coronavirus descritos durante la pandemia.

ES