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Víctor Resco de Dios

Profesor de Ingeniería forestal y Cambio global de la Universidad de Lleida

Gran parte de las emisiones nos salen “gratis” gracias a los bosques, que transforman el CO2 en materia orgánica y, por tanto, eliminan el CO2 atmosférico que está detrás del cambio climático. A escala global, los bosques absorben en torno al 30 % de todas las emisiones, lo que se conoce como el sumidero de carbono terrestre. A escala europea su contribución es mucho más modesta, dado que apenas llega al 8 % de los casi 4.800 millones de toneladas que emitimos anualmente. Esta publicación no aporta datos nuevos, sino que recopila parte de la literatura publicada sobre este tema e indica cómo el sumidero actual de carbono europeo ha disminuido hasta el 6 % de las emisiones durante 2020-2022. Esta disminución del sumidero terrestre es conocida y se debe, en parte, a fenómenos como las olas de calor o la sequía.  

Lo que más llama la atención de este artículo no es la información que aporta, sino la que omite. El artículo atribuye parte de la caída del sumidero de carbono a un supuesto aumento de las cortas de árboles. Se basa en un estudio publicado por este mismo grupo en 2020 que contenía errores metodológicos importantes. De hecho, estudios posteriores mostraron cómo esas supuestas cortas correspondían en realidad con zonas afectadas, por ejemplo, por procesionaria, pero los autores no citan estos estudios posteriores. Tampoco se incluyen estudios recientes que cuantifican cómo uno de los principales almacenes de carbono se encuentra, precisamente, en la madera cortada y en los sumideros "no vivos". Esto es, la madera cortada no desaparece, sino que se transforma en otro producto que contribuye a mitigar el cambio climático. 

También olvidan los autores cómo el principal factor detrás de la disminución de recursos hídricos en los montes se encuentra en el propio crecimiento de los bosques. La ausencia de actividad forestal, por tanto, es uno de los factores que aumenta la escasez de agua y, en consecuencia, agrava la sequía inducida por el cambio climático y reduce la capacidad de almacenar carbono.  

En la información que aporta el artículo sobre incendios forestales se incluyen recomendaciones como, por ejemplo, reforestar con una diversidad de especies, una práctica vinculada con el aumento en la virulencia de los incendios forestales.  

Más allá de estas y otras omisiones, el artículo nos deja claro cómo la capacidad de mitigación del cambio climático por parte de nuestros bosques es importante, pero insuficiente, y que la actividad forestal es nuestra principal herramienta para asegurar tanto su capacidad de sumidero de carbono como la propia supervivencia de los bosques en un escenario de calentamiento global.

ES