Pilar Martín Fernández
Investigadora líder del grupo de investigación de Moléculas Reguladoras de los Procesos Inflamatorios en el CNIC
Este premio Nobel destaca la enorme relevancia de los microARNs (miRNAs) en la regulación post-transcripcional de la expresión génica, un campo en rápido crecimiento con aplicaciones directas en la medicina de precisión, gracias a los avances en la terapia con ARN. Algunos de estos avances han sido reconocidos con premios Nobel en años anteriores. Tras el éxito de las vacunas de ARN administradas a millones de personas, se ha demostrado que la terapia con ARN es un área llena de posibilidades prometedoras. Los microARNs, estudiados desde los años 80 por Victor Ambros y Gary Ruvkun, quienes fueron becarios postdoctorales en el laboratorio de Robert Horvitz —galardonado con el Nobel en 2002 junto a Sydney Brenner y John Sulston por sus descubrimientos sobre la regulación genética del desarrollo de órganos y la muerte celular programada—, continúan revelando mecanismos fundamentales para la biología y la medicina moderna.
Los miRNAs son pequeñas moléculas de ARN no codificantes, de aproximadamente 22 nucleótidos de longitud, que regulan la expresión génica a nivel post-transcripcional. Estos miRNAs actúan uniéndose a secuencias complementarias en el ARN mensajero de genes específicos, lo que conduce su degradación o a la inhibición de su traducción, bloqueando así la producción de proteínas. Este mecanismo de silenciamiento génico es esencial para el control de procesos biológicos clave, como el desarrollo celular, la diferenciación, y la respuesta a estrés o enfermedades, y está implicado en la regulación de múltiples enfermedades, desde el cáncer hasta enfermedades cardiovasculares, las cuales representan la principal causa de mortalidad global.
Además, la identificación de perfiles específicos de miRNAs circulantes en sangre está mostrando gran potencial para la detección temprana de cánceres difíciles de diagnosticar, como el cáncer de páncreas y pulmón. Estudios recientes señalan que los miRNAs podrían utilizarse como biomarcadores en enfermedades cardiovasculares como la miocarditis, la aterosclerosis, la hipertensión o la fibrosis cardiaca.
Este reconocimiento a Victor Ambros y Gary Ruvkun refuerza la importancia de los miRNAs, abriendo puertas a aplicaciones terapéuticas y diagnósticas que podrían transformar el manejo de enfermedades tan devastadoras como el cáncer y las patologías cardiovasculares.