Pedro Gullón
Epidemiólogo social y médico especialista en medicina preventiva y salud pública de la Universidad de Alcalá
Es poco probable que la obligatoriedad de llevar mascarilla en el transporte público tenga algún efecto grande sobre la transmisión de la covid-19 actualmente, cuando es el único lugar en el que es obligatoria. Es poco coherente que, con toda la actividad recuperada y actividades con posibilidad de ser eventos supercontagiadores realizándose todas las semanas, se mantenga en el transporte público. Además, su uso está disminuyendo bastante y cuando la población no acepta una medida puede terminar cayéndose por sí misma.
Por otro lado, me preocupa enormemente que un gobierno que se preocupa por la salud pública no ponga en el eje central de sus políticas el cambio climático y una transición del transporte hacia opciones más saludables. Para ello se debe invertir en que más gente utilice el transporte público y no colocarlo públicamente como un lugar de riesgo, cuando los datos dicen que, en comparación con otros lugares, el transporte público no es el lugar de mayor propagación.