Neus Escobar
Investigadora en el BC3 (Centro Vasco de Investigación sobre Cambio Climático)
El estudio es muy relevante y presenta alta calidad e innovación científica. Es el primer estudio en utilizar la base de datos ADS-B Exchange para identificar el número de vuelos, el tipo de avión y la ruta para calcular las emisiones asociadas a la aviación privada en 2019-2023. Con ello, llega a calcular las emisiones derivadas de eventos como la Super Bowl, la COP, el Mundial FIFA o el Festival de Cannes, y la estacionalidad en las emisiones asociadas a destinos turísticos como Ibiza. Revela la tendencia creciente de las emisiones de la aviación privada y los países donde están registrados la mayoría de estos vuelos, con Estados Unidos y Europa a la cabeza. Específicamente, Estados Unidos concentra casi el 70 % de los vuelos privados registrados en el periodo. Destaca la alta intensidad de emisiones por hora en vuelos relativamente más cortos.
El artículo señala una tendencia creciente en el número de vuelos y emisiones de CO2 asociadas a la aviación privada, al igual que se ha observado para la aviación comercial, y el mismo efecto rebote después de la pandemia. Este estudio revela la contribución que hace la aviación privada a las emisiones de gases de efecto invernadero globales y complementa otros estudios que muestran la asimetría en las emisiones asociadas a la aviación comercial, donde los pasajeros frecuentes con más ingresos producen la mayor parte de las emisiones. En este sentido, el estudio aporta transparencia en los patrones espaciales y emisiones de la aviación privada, un sector que había pasado bastante desapercibido hasta ahora pero en el que la gente rica es responsable de la totalidad de las emisiones, con una alta intensidad per cápita.
Con ello los resultados señalan la necesidad de regular este sector para mitigar el cambio climático. Y al revelar los países con una mayor densidad de vuelos privados, nos da una indicación de qué gobiernos deberían tomar medidas para limitar las emisiones asociadas, potencialmente incluyendo el cómputo de estas emisiones en sus inventarios. Al igual que ocurre con la aviación internacional, que no está incluida en el Acuerdo de París, los resultados muestran también la necesidad de tomar medidas multilaterales para regular el sector, como por ejemplo las tomadas por la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO) en el contexto del plan CORSIA, que incluye operadores de aviación privada pero que es todavía voluntaria hasta 2027.
En general, el método desarrollado es el más completo hasta la fecha a la hora de contabilizar las emisiones de CO2 de la aviación privada. Pero por cuestiones en los datos, no cubre la totalidad de vuelos ni el tiempo transcurrido en modo taxi, por lo que las emisiones deberían ser mayores de las estimadas.