Autor/es reacciones

Carmen Morales

Profesora contratada en la Universidad de Cádiz, investigadora en el Instituto de Investigación Marina (INMAR) y de la Scientists Coalition for an Effective Plastics Treaty 

El artículo aborda una de las dimensiones más desconocidas y metodológicamente complejas de la contaminación marina por plásticos: los nanoplásticos. Su detección, análisis y cuantificación siguen enfrentando enormes retos a lo largo de todo el proceso, desde la preparación del material y la toma de muestras, hasta el tratamiento y la cuantificación. Este trabajo representa un avance relevante al aportar datos empíricos sobre nanoplásticos en masa a diferentes profundidades y regiones oceánicas (zonas costeras y áreas dentro y fuera de un giro subtropical), con lo que los autores estiman la carga de nanoplásticos a mayor escala.  

Si bien el estudio presenta limitaciones propias del muestreo y del volumen analizado, contribuye significativamente a reducir lagunas de conocimiento. Los resultados refuerzan la idea de que las zonas costeras actúan como importantes áreas de acumulación y sugieren que, al incorporar la fracción de menor tamaño, la masa total de plásticos en el océano sería mucho mayor de lo estimado anteriormente.  

Este trabajo también ofrece una lección crítica: los plásticos no desaparecen, sino que se fragmentan en partículas invisibles pero persistentes. Por tanto, limpiar no basta. La única forma de revertir esta tendencia pasa por una gestión preventiva, que reduzca la producción y el uso innecesario de plásticos, incorpore criterios de esencialidad, y establezca normativas más ambiciosas sobre trazabilidad, composición y destino final del material.  

Todo esto está precisamente en juego en las negociaciones del Tratado Global contra la Contaminación por Plásticos que se reanudan el próximo mes en Ginebra. Este tipo de evidencia científica debe guiar decisiones ambiciosas y estructurales.

ES