María José Sanz
Directora del BC3 (Centro Vasco de Investigación sobre Cambio Climático)
Las evaluaciones de las emisiones globales y los presupuestos de carbono que realiza el Global Carbon Project todos los años desde hace más de una década nos han permitido tener una serie histórica reciente metodológicamente consistente. Ahora somos capaces de ver cómo la alternancia entre El Niño y La Niña puede afectar a la amplitud de los cambios, pero se sigue observando que las emisiones siguen creciendo.
A pesar de que se van reduciendo las incertidumbres de los sumideros biológicos (sumidero terrestre y en los océanos), sigue habiendo una gran incertidumbre en sus estimaciones. Aunque no de forma concluyente debido a las grandes incertidumbres y la gran variabilidad interanual, se observa que los sumideros terrestres siguen incrementándose, mientras que el sumidero en los océanos parece haberse ralentizado en los últimos años. La deforestación sigue siendo la mayor fuente de emisiones del sector de usos de la tierra, siendo los países con mayores emisiones Brasil, Indonesia y la República Democrática del Congo.
El presupuesto de carbono del que disponemos para limitar el calentamiento global a 1,5 °C y 2 °C se ha reducido respectivamente a 275 GtCO2 (gigatoneladas de CO2) y 1.150 GtCO2 desde principios de 2024, lo que equivale a unos siete y 28 años, suponiendo los niveles de emisiones de 2023.
Este ejercicio y su mejora constante, así como la incorporación y el contraste del mejor conocimiento disponible, son muy importantes a la hora de capturar el progreso global de las acciones de mitigación, a la par que nos permiten detectar posibles variaciones fruto de fenómenos climáticos y perturbaciones del ciclo del carbono, incluidas las debidas a los impactos del propio cambio climático en los sumideros biológicos.