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Manuel Sánchez Angulo

Investigador del departamento de Producción Vegetal y Microbiología en la Universidad Miguel Hernández de Elche

Los esteroles son un tipo de moléculas presentes en las membranas de diversos seres vivos, sobre todo en los eucariotas. Este tipo de moléculas son bastante estables, así que pueden ser encontradas en los sedimentos del registro fósil y por eso son conocidas como ‘biomarcadores’ o ‘fósiles moleculares’. Evidentemente, las moléculas van a verse afectadas por la diagénesis (los procesos que forman las rocas sedimentarias). Por ejemplo, debido a la diagénesis, el colesterol se modifica a colestano. Si hay colestano en un sedimento eso indica que había eucariotas modernos cuando se formó. Sabiendo eso, se puede realizar una correlación entre el tipo de biomarcador encontrado en una muestra geológica y el tipo de seres vivos que podría existir en esa determinada época. Pero hay un par de problemas. El primero es que cuanto más tiempo pasa, más se degradan y alteran los biomarcadores, por lo que la correlación cada vez es menos precisa. El otro es que, aunque conozcamos la molécula original, si no sabemos cómo se modifica, no podemos identificar el biomarcador que se produce. 

Conocer cómo se producen esas alteraciones moleculares y esas moléculas puede permitir identificar nuevos biomarcadores. Eso es precisamente lo que han hecho en este estudio. Los investigadores han encontrado un nuevo tipo de marcador biológico eucariota, los protoesteroides, que hasta ahora no era considerado como tal. Estos protoesteorides provienen de moléculas como el lanosterol y el cicloartenol, que son unas moléculas intermediarias de la ruta de los esteroles en los eucariotas actuales.  

Creo que es un estudio de buena calidad y riguroso. Han recogido muestras de diferentes periodos geológicos y las han analizado con la tecnología disponible más adecuada para determinar su composición. Además, han sido muy cuidadosos en evitar la contaminación durante la manipulación de las muestras. Los resultados muestran que los protoesteroides están presentes en las muestras de rocas de edades comprendidas entre los 1.640 y los 800 millones de años. Hasta ahora no se habían encontrado esteroles eucariotas en muestras de esas edades. Eso indicaría que los eucariotas más abundantes en esas épocas eran distintos a los actuales en lo que respecta a la síntesis de los esteroles y que sustancias como el lanosterol y el cicloartenol no eran intermediarios, sino productos finales con una función biológica.  

Los eucariotas modernos capaces de producir moléculas como el colesterol o similares, aparecieron hace unos 1.000 millones de años, durante el llamado periodo Tónico. Se convirtieron en los eucariotas dominantes gracias sobre todo a la proliferación de las algas rojas (rodofitas) hace 800 millones de años, coincidiendo con el incremento de la concentración de oxígeno en la atmósfera. A partir de ese momento es cuando empiezan a detectarse ‘fósiles moleculares’ como el colestano y similares. 

Al ser un trabajo pionero, tanto su metodología como sus resultados deberán ser replicados y confirmados por otros grupos. Pero los resultados obtenidos encajan bastante bien con los resultados de otros trabajos que están siendo publicados recientemente sobre el origen y evolución de la célula eucariota.

ES