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Luis Cereijo

Profesor ayudante doctor de Educación Física y Deportiva e investigador en Epidemiología y Salud Pública de la Universidad de Alcalá

Los estudios descritos exploran diferencias en sobrepeso y obesidad de la población adulta, infantil y juvenil en España, utilizando los datos del estudio de seroprevalencia ENE-COVID, contando así con una gran muestra de estudio. La principal contribución de ambos estudios es su representatividad a nivel provincial, lo que le permite explorar diferencias territoriales en prevalencia de exceso de peso. Ambos estudios muestran que las poblaciones de menor posición socioeconómica, tanto individual como contextual, presentan mayores tasas de sobrepeso y obesidad, algo que va en línea con estudios publicados previamente con diferentes poblaciones, incluidos los realizados en España.  

Sendos estudios cuentan con una gran muestra poblacional y abordan análisis correctos para responder a los objetivos planteados. Sin embargo, tiene dos aspectos que deben ser señalados: por un lado, la muestra de estudio fue diseñada para el estudio de la prevalencia de infección de SARS-CoV-2 en la población española y no la prevalencia de obesidad u otras enfermedades asociadas. Esto afecta al diseño muestral que, por ejemplo, incluye niveles de estratificación que tienen en cuenta la densidad de población que responden a las necesidades originales de la muestra (por su vinculación con la transmisión del virus) pero que quizás no sería tenido en cuenta para un estudio de estas características.  

Y, en segundo lugar, se utiliza el IMC (índice de masa corporal) como indicador de sobrepeso y obesidad. Por un lado, es una medida cada vez más contestada en el ámbito científico como indicador válido de salud, debido a diferentes elementos como, por ejemplo, que no mide el porcentaje de masa corporal o que utiliza estándares universales de clasificación que no atienden a las diferencias demográficas. Pero, además, el presente estudio no recoge de forma estandarizada las medidas antropométricas de las que deriva el IMC (peso y altura) sino que son autorreportadas por los participantes en la entrevista. La evidencia nos dice que, cuando el IMC es identificado a partir de medidas autorreportadas, tienen a sobrestimar los valores de IMC de pacientes con bajo peso y a infraestimar en quienes tienen un mayor peso, lo que puede conllevar sesgos en las medidas utilizadas en ambos estudios.

ES