Juan Alguacil
Médico y catedrático de Salud Pública de la Universidad de Huelva
Más allá de su importante valor científico, el estudio cobra especial relevancia en el escenario actual de la denuncia de genocidio. El ejército de Israel parece haber considerado al propio sistema de salud como un objetivo recurrente en Gaza, en base a los cientos de ataques documentados contra instalaciones sanitarias, ambulancias y personal (que han ocasionado la muerte de más de 1.500 trabajadores sanitarios palestinos), que, además de menguar drásticamente la capacidad de atención clínica de Gaza, han sido responsables de la destrucción de registros tanto impresos como digitales, que podrían ser utilizados como pruebas de la masacre.
Este estudio aporta datos para tener una idea de la magnitud y tipología de las lesiones, que sigue padeciendo (no lo olvidemos) la población civil ante la inacción de la comunidad internacional civilizada.
Si bien las limitaciones metodológicas son evidentes, ante un escenario de guerra tan violenta, que no respeta a la comunidad ni infraestructuras sanitarias, no parece que existan muchas alternativas para obtener información útil sobre la tipología y patrones de lesiones que permitan prepararse para adaptar la respuesta humanitaria en conflictos bélicos en el futuro. Además de garantizarse la asistencia sanitaria, en los conflictos debe garantizarse la presencia de sistemas de vigilancia clínica estructurados.