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Jesús Francisco García-Gavilán

Investigador en el grupo de Alimentación, Nutrición, Desarrollo y Salud Mental, departamento de Bioquímica y Biotecnología, Universitat Rovira i Virgili

Este estudio analizó el impacto de la Planetary Health Diet (PHD), un patrón alimentario que busca mejorar la salud y obtener una mayor sostenibilidad medioambiental, sobre el riesgo de mortalidad global, cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes utilizando datos de dos grandes cohortes, una de EEUU y otra del Reino Unido. Para reforzar sus hallazgos, los autores también realizaron un metaanálisis con todos los estudios publicados hasta el momento sobre el tema. 

Los resultados confirman la importancia de la nutrición para disminuir el riesgo de enfermedades crónicas y mortalidad y reflejan un cambio en los hábitos alimentarios: la población más joven tiende a un mayor consumo de carnes rojas y lácteos, con consecuencias potencialmente negativas para su salud, la longevidad y el medio ambiente. 

Más allá de las cifras, el PHD es un patrón que busca combinar armonía y equilibrio. Quienes más se acercan a este tipo de alimentación no solo reducen su riesgo de enfermedad, sino que muestran desde el inicio un perfil de salud más favorable: menor índice de masa corporal, menor prevalencia de hipertensión y diabetes, y un estilo de vida más alineado con la prevención y la salud. 

Curiosamente, a diferencia de otras dietas, en la PHD el consumo de energía no se redujo. Los participantes con mayor PHD consumieron más calorías, pero procedentes de alimentos con mayor densidad nutricional, como legumbres, cereales integrales, frutos secos y vegetales que favorecen una mejor nutrición y un planeta más habitable. 

Entre sus limitaciones, cabe recordar que los datos dietéticos se recogieron únicamente al inicio de los estudios y que las cohortes no siempre son representativas de la población general, lo que exige cierta cautela en la interpretación de los resultados. Aun así, este trabajo aporta más evidencia para insistir en que una dieta equilibrada, variada y rica en nutrientes y alimentos de calidad (no únicamente en carnes rojas y lácteos), no solo disminuye el riesgo de enfermedades crónicas y mortalidad, sino que también protege la salud del planeta y, por lo tanto, la de las futuras generaciones

ES