Autor/es reacciones

Jesús Adrián Álvarez

Actuario y doctor en Salud Pública, gerente actuarial en Ernst & Young (EY) en Dinamarca

El artículo realiza dos aportaciones fundamentales. En primer lugar, ofrece una visión amplia del impacto de las olas de calor en la mortalidad en un gran número de países. En segundo lugar, demuestra que es posible prever, con notable precisión estadística, las muertes atribuibles al calor. Para ello, los autores emplean modelos fundamentados en la epidemiología. 

Otros trabajos han abordado cuestiones similares, utilizando datos meteorológicos de alta resolución y técnicas avanzadas de machine learning para identificar vínculos entre clima y mortalidad. La creciente capacidad de la inteligencia artificial permite descubrir patrones en conjuntos de datos de enorme tamaño (big data), algo que antes resultaba imposible y que hoy abre nuevas posibilidades de investigación.  

La urgencia de estos estudios no puede subestimarse. Año tras año se baten nuevos récords de calor —España, por ejemplo, acaba de registrar uno de los años más cálidos de su historia— y las previsiones indican que las temperaturas seguirán aumentando. Con ello también se incrementa el riesgo de muertes relacionadas con el calor, especialmente entre las personas más vulnerables, como quienes padecen enfermedades crónicas. La mortalidad es mayor en las regiones con acceso limitado a servicios médicos eficaces, lo que pone de manifiesto la carga desigual que las olas de calor imponen sobre distintas poblaciones.  

A una escala más amplia, otras investigaciones sostienen que el calentamiento global es inevitable e irreversible y advierten de que durante este siglo podríamos alcanzar un ‘punto de no retorno’. Estos hallazgos no solo subrayan las consecuencias ambientales del cambio climático, sino también sus profundas implicaciones para la salud pública.  

Este estudio, al igual que otros en la materia, constituye un recordatorio del verdadero coste humano del calentamiento global. La cuestión crucial es cómo los sistemas de salud pública serán capaces de adaptarse para prevenir muertes evitables atribuidas a las olas de calor. Las diferencias geográficas en mortalidad muestran que las medidas de salud pública pueden marcar una diferencia tangible. Lo que aún está por verse es hasta qué punto los servicios de salud en todo el mundo estarán a la altura de este desafío. 

ES