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Javier J. Cancela

Profesor titular del departamento de Ingeniería Agroforestal y miembro de Project and Planning Research Group (PROePLA) de la Universidad de Santiago de Compostela

El estudio realizado por el equipo del doctor Mozny se fundamenta en el uso de modelos de predicción climática y en una base de datos de rendimientos y calidad de lúpulo de un largo recorrido (1970 a la actualidad), si bien esta base de datos no coincide con los datos publicados en las estadísticas anuales publicadas por Barthhaas Reports (1970-2018), por lo que los resultados publicados, cuanto menos, son cuestionables, tal y como se recoge en el artículo 'Climate Change is NOT Coming for your Hoppy Beer' de Douglas MacKinnon.

A pesar de la cuestión referida respecto a la integridad de los datos reflejados en el artículo, los efectos de las alteraciones climáticas intervienen negativamente en la producción de lúpulo (conos florales), producto que se destina prácticamente en su totalidad a la elaboración de cerveza, bebida con un consumo anual creciente a nivel mundial, debido a la variabilidad anual de precipitaciones y a las elevadas temperaturas que se presentan en cada año. 

En una línea similar, la situación en España se presenta crítica en relación con la producción de lúpulo debido a la falta de recursos hídricos para el riego del cultivo, así como por la falta de productos autorizados para la lucha y control frente a enfermedades y/o patógenos, causantes de mermas productivas severas, como en la campaña actual debido al oídio [enfermedad de las plantas causada por un hongo].

Existe, por tanto, una necesidad de mejorar las variedades de lúpulo cultivadas a nivel mundial y en España, incrementando su nivel de tolerancia ante estreses bióticos (enfermedades etc.) y abióticos (sequía, olas de calor), adecuando prácticas agronómicas como el riego y aprobando el empleo de productos fitosanitarios eficientes y sostenibles.

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