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Tony Irwin

Profesor asociado honorario de la Universidad Nacional de Australia, director técnico de SMR Nuclear Technology Pty Ltd, y presidente del Panel de Ingeniería Nuclear de la División de Sídney de Ingenieros de Australia

Existe una percepción comprensible de que todos los materiales radiactivos son siempre y en todas partes peligrosos, especialmente los residuos líquidos, pero no todos los materiales radiactivos lo son. El vertido de agua de Fukushima solo contendrá tritio inocuo y no es un acontecimiento único. Las centrales nucleares de todo el mundo han vertido habitualmente agua con tritio durante más de 60 años sin causar daños a las personas ni al medio ambiente, la mayoría a niveles superiores a los 22 TBq [terabecquerels] anuales previstos para Fukushima.  

A modo de comparación, la central nuclear de Kori, en Corea del Sur, vertió 91 TBq en 2019, más de cuatro veces el vertido previsto para Fukushima, y la planta de reprocesamiento francesa de La Hague vertió 11.400 TBq en 2018 en el Canal de la Mancha, más de doce veces el contenido total de todos los tanques de Fukushima, de nuevo sin daño para las personas o el medio ambiente.  

Es importante que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) haya llevado a cabo una revisión independiente y transparente de los procedimientos y equipos de vertido y que su exhaustivo informe publicado en julio de 2023 confirme que el vertido tendrá un efecto radiológico insignificante sobre las personas y el medio ambiente. El OIEA mantendrá una presencia continua in situ para supervisar de forma independiente los vertidos. 

En la atmósfera se crea más tritio del que producen los reactores nucleares, que luego cae en forma de lluvia. Cada año cae en Japón una cantidad de tritio en forma de lluvia diez veces superior a la que se vierte. El límite de vertido de agua radiactiva en Fukushima es 1/7 de la norma de la Organización Mundial de la Salud para el agua potable. El vertido es ultraconservador.

ES