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Francisco J. Doblas-Reyes

Profesor ICREA, director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center 

Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas en latitudes medias, como el sur de Europa y el norte de África. El aumento de la frecuencia y de la intensidad se puede atribuir al cambio climático debido a la acción humana usando metodologías bien establecidas que mezclan estadística, observaciones y simulaciones climáticas. Estas metodologías se han utilizado para analizar hasta qué punto las olas de calor registradas simultáneamente en varios puntos del planeta (China, sur de Estados Unidos, norte de México y sur de Europa) durante este mes de julio se pueden atribuir al cambio climático. En particular, para el sur de Europa los resultados indican que no cabe duda de que la ola de calor habría sido prácticamente imposible sin la contribución humana, y si hubiese ocurrido habría sido casi más de dos grados menos intensa.  

Las conclusiones de los autores son un serio toque de atención para que se reduzcan y eliminen las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a la acción humana y se aborde con rapidez la adaptación de las sociedades vulnerables a unas condiciones ambientales hasta ahora desconocidas. Los autores proporcionan algunas recomendaciones útiles para adaptarse a las olas de calor con ejemplos de acciones que ya se están llevando a cabo. 

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