Autor/es reacciones

Consuelo Giménez Pardo

Profesora Titular del Área de Parasitología de la Universidad de Alcalá (UAH) y directora del Master Universitario en Acción Humanitaria Sanitaria (UAH-Médicos del Mundo)

Tras muchos años de ausencia, el dengue ha resurgido en la región europea tanto a través de casos esporádicos de transmisión local, impulsado por la introducción de personas infectadas con el virus, como por la invasión de las especies de mosquitos vectores Aedes aegypti y Aedes albopictus. El brote ocurrido en Madeira en 2012, además del impacto producido en la salud de la población local, en los servicios de salud y en la economía, reveló lo difícil que puede ser controlar la circulación de arbovirus patógenos, especialmente teniendo en cuenta que Europa ya está parcialmente colonizada por el díptero vector Aedes albopictus, introducido en los países mediterráneos. Si bien es cierto que los modelos de transmisión del dengue sugieren un riesgo bajo en Europa, estos modelos rara vez incluyen la transmisión por A. albopictus

Durante el brote de dengue en Madeira, se implementaron de manera efectiva las medidas apropiadas para el control de los mosquitos. La eficacia de estas medidas, en cuanto a reducción del número de criaderos, aplicación de pesticidas e insecticidas y educación en salud pública, funcionó ampliamente. Sin vacuna profiláctica o terapias específicas disponibles, el control de vectores sigue siendo la mejor alternativa para restringir la circulación del virus. De hecho, muchos países europeos han implementado ya medidas de vigilancia y control de mosquitos invasores, si bien solo unos pocos incluyen la vigilancia del dengue. 

La vigilancia constante es imprescindible. La iniciada en Cataluña en 2015 con el fin de monitorizar los casos importados y detectar posibles transmisiones locales de arbovirus valoró la importancia de realizar vigilancia entomológica alrededor de viajeros virémicos, pudiendo ser efectiva para la detección temprana del virus del dengue en mosquitos y, por lo tanto, capaz de ayudar a prevenir una posible transmisión autóctona. 

Teniendo en cuenta la frecuencia creciente de las epidemias de dengue en todo el mundo y el movimiento de huéspedes virémicos, se espera que en el futuro se produzcan nuevos casos en Europa, como el detectado en Francia en 2022, con 65 casos autóctonos, seis de los cuales ocurrieron en departamentos que nunca habían experimentado transmisión autóctona de dengue, o el actual, en 2023, detectado en Ibiza, España, ampliamente recogido por la prensa. 

Todos los requisitos previos para la transmisión autóctona del virus del dengue, vectores, viajeros virémicos que regresan y condiciones climáticas, están presentes en Europa. El establecimiento de poblaciones de vectores en entornos periurbanos une a humanos y virus, abriendo la posibilidad de que se produzcan brotes inesperados. Con seguridad habrá más casos y mientras no se disponga de profilaxis o tratamientos específicos para el dengue, el manejo integrado de vectores es la opción de control más sostenible. 

ES