David Roiz del Valle
Investigador del departamento de Bioquímica y Biología Molecular
El estudio llevado a cabo por Mlakar y colaboradores analiza, en una cohorte de pacientes con esquizofrenia y trastornos del estado de ánimo graves, la relación entre el consumo de café y la longitud de los telómeros como marcador de envejecimiento celular. Estudios previos relacionan la depresión, el estrés postraumático y las enfermedades psiquiátricas con una mayor edad biológica, si bien existen divergencias según los métodos utilizados. Los autores hallaron una relación en forma de ‘J invertida’: el consumo moderado de café (hasta cuatro tazas) se asocia con telómeros más largos, equivalentes a una edad biológica menor. Es decir, encuentran un efecto óptimo con el consumo de cuatro tazas, mientras que este beneficio desaparece con cinco o más tazas diarias.
Si bien el estudio supone un interesante inicio en la exploración del papel del café en la salud de pacientes psiquiátricos, el trabajo presenta limitaciones importantes que hacen que deba ser interpretado con cautela. En primer lugar, al ser un diseño transversal y observacional, no se puede establecer causalidad. La asociación observada podría deberse a otros factores asociados no controlados en el estudio, como el estilo de vida general o la salud metabólica del paciente. Tampoco se hace distinción sobre el tipo de café. La caída del beneficio a partir de las cinco tazas podría explicarse por el consumo de café instantáneo, el cual, según estudios previos en población general, tiene un efecto negativo sobre los telómeros, a diferencia del café filtrado. Por otra parte, aunque los autores sugieren que los compuestos bioactivos y antioxidantes serían los responsables del beneficio —más que la cafeína en sí—, el estudio no midió marcadores de oxidación ni inflamación para confirmarlo, ni se ha indagado en los mecanismos que puedan estar detrás de este efecto.
En conclusión, este es un trabajo interesante que abre la puerta a investigar el café como parte del estilo de vida en psiquiatría, pero no se puede concluir que esté justificado ‘recetar’ café para las enfermedades psiquiátricas. Lo más prudente es integrar estos hallazgos en un contexto más amplio: mantener una vida activa y un patrón dietético saludable, como la dieta mediterránea (que incluye el café moderado, preferiblemente no instantáneo), sigue siendo la estrategia más robusta para reducir la edad biológica y mantener una vida más saludable.