Autor/es reacciones

Yolanda Cabello

Embrióloga clínica independiente y consultora en reproducción asistida, profesora del máster en dirección Sanitaria y Gestión Clínica de la Universidad Internacional de Valencia

La infección por el virus del papiloma humano (VPH) es considerada una de las infecciones de transmisión sexual más frecuentes a nivel mundial. Se estima que hasta el 80 % de la población sexualmente activa (tanto hombres como mujeres) podría tener contacto con el virus en algún momento de su vida, aunque no sea consciente de ello. 

Esto hace que no se hayan podido relacionar problemas de infertilidad hasta que se han hecho estudios en profundidad relacionados con este hecho, casi todos realizados en mujeres. Tradicionalmente se hacen controles de la presencia en mujeres gracias a las revisiones ginecológicas anuales (la citología y ya después específicamente la presencia de VPH). La razón es que hay distintos genotipos de este virus, de bajo o alto riesgo, siendo dos de estos últimos responsables del cáncer de cuello de útero. En los últimos tiempos, ha habido un incremento notable en cánceres de pene, recto o incluso en la cavidad bucofaríngea relacionados con los VPH de alto riesgo en hombres al tener relaciones sexuales sin protección. En mujeres se ha relacionado la infección con este virus con problemas reproductivos, al ser necesarias cirugías para la eliminación radical de las lesiones provocadas por el virus, pero no se ha visto la relación entre infertilidad y ser portadoras de VPH de alto riesgo en una población significativa a nivel bioquímico. 

La población general, sobre todo hombres, tiene un gran desconocimiento de las secuelas que puede tener la transmisión de este virus y estos, aun siendo portadores, no se realizan revisiones y son vectores del virus, infectando a todas sus parejas sexuales inconscientemente, ya que las posibles consecuencias son a largo plazo y no inmediatas. Afortunadamente, en 2008 se comenzó a vacunar gratuitamente a niñas a los 12 años y a partir del año pasado, demasiado tarde en mi opinión, la vacuna también es administrada a los niños varones de esas edades. 

En el estudio publicado se relaciona con infertilidad a los hombres portadores de VPH de alto riesgo. Estos varones mostraron niveles significativamente más altos de necrosis espermática y una mayor proporción de espermatozoides con radicales libres de oxígeno, responsables de la oxidación y fragmentación del ADN espermático, responsable de bloqueo de las divisiones celulares y, por tanto, de los embriones, y también de abortos durante el primer trimestre. Asimismo, se observó en este grupo de hombres una reducción de los leucocitos del semen y de las citocinas inflamatorias (IL-6 e IL-1β). Hay que tener en cuenta que no se detectan estos efectos adversos en los análisis de semen de rutina que se realizan cuando una pareja acude a las consultas de reproducción asistida. 

Los autores sugieren el cribado exhaustivo del VPH en varones, incluida la determinación del genotipo, en las clínicas de urología y fertilidad, con lo cual estoy de acuerdo, ya que se podrían obtener conclusiones más contundentes para corroborar los datos de este estudio, que tiene un número de muestras todavía bajo para comprender la importancia de esta infección en la infertilidad masculina.

ES