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Víctor Maojo

Catedrático de Inteligencia Artificial y director del Grupo de Informática Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid, fellow en el American College of Medical Informatics (ACMI) e International Academy of Health Sciences Informatics (IAHSI), y Académico Correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina de España

La concesión del Premio Nobel de Física a John J. Hopfield and Geoffrey E. Hinton “for foundational discoveries and inventions that enable machine learning with artificial neural networks”, me ha causado una cierta sorpresa, aunque no demasiada. No es la primera vez que se otorga un Premio Nobel a un pionero de la IA, ya que anteriormente lo obtuvo Herbert Simon (de Economía, que no es un Nobel de los ‘clásicos’), pero que también había tenido méritos suficientes para ello en Economía.   

En este caso, creo que va a haber una cierta controversia, porque en realidad podríamos considerar que el premio se otorga, en cierta forma, a un avance científico, pero también, o, sobre todo, informático (Nobel, obviamente, no pudo instituir tal premio porque la informática no existía como tal). Es decir, con un alto componente de ingeniería y tecnología; pero me temo que, también, este premio se ha podido conceder por la relevancia social y mediática actual de la IA, lo que es peligroso si hablamos de un Premio Nobel.  

Hopfield e Hinton son dos pioneros de las redes de neuronas artificiales (estas redes, de múltiples tipos, constituyen la rama más en boga de la IA). Hopfield ha sido pionero en un tipo muy original de redes de neuronas artificiales que llevan su nombre, las redes de Hopfield. Por su parte, Hinton (que ya había obtenido el Premio Turing, para muchos el equivalente al Nobel en informática) ha sido uno de los creadores del llamado “Deep Learning” o aprendizaje profundo, basado en redes complejas de neuronas artificiales, que son la base de sistemas tan conocidos como ChatGPT. En este segundo caso, sobre todo, el premio ha sido otorgado a Hinton, pero podría haber sido otorgado a un amplio (o muy amplio número) de investigadores que han sido clave en el desarrollo de esta tecnología. Muchos otros pioneros de la IA, concretamente de las redes de neuronas artificiales y de sus fundamentos físicos y matemáticos, incluso anteriores a Hinton, quedan así olvidados por el premio, concentrado en dos personas. No es la primera vez que la Fundación Nobel otorga un Premio Nobel a los creadores de una tecnología olvidando a otros, incluso a los pioneros descubridores de su base científica.  

Me temo que tenemos debate mediático para rato y más por las declaraciones continuas, controvertidas de Hinton sobre múltiples temas alrededor del futuro de la IA y la sociedad, que ahora se analizarán con lupa.

ES