Vanesa Castán Broto
Catedrática de Urbanismo Climático en la Universidad de Sheffield
Este informe se suma a las pruebas que demuestran que el cambio climático ha aumentado la probabilidad de que se produzcan incendios en la península ibérica. Sin embargo, el aumento del riesgo no solo depende de la probabilidad del peligro y la exposición a olas de calor y condiciones de sequía, sino también de la vulnerabilidad de los ecosistemas y las poblaciones humanas.
Una evaluación exhaustiva de estas vulnerabilidades requiere un profundo conocimiento de la historia socioecológica de las zonas afectadas, algo que excede el alcance de este informe, pero que es necesario para los futuros esfuerzos de gestión. Se necesitan iniciativas colaborativas y específicas para cada lugar a fin de evitar que se repita esta catástrofe. Los estudiosos de la gobernanza del cambio climático hacen hincapié en la importancia de fomentar la capacidad de adaptación de las comunidades, es decir, mejorar su capacidad para ajustarse al creciente riesgo de incendios debido al cambio climático. Una estrategia prometedora, que ya está tomando forma en muchos lugares de la península, consiste en incorporar los conocimientos locales junto con las evaluaciones de los expertos para llevar a cabo iniciativas de gestión del territorio colaborativas y basadas en el lugar.
Los ingenieros forestales y otros profesionales del desarrollo rural desempeñan un papel crucial a la hora de cambiar la percepción generalizada de abandono institucional en las comunidades rurales, ayudando a crear conjuntamente diversas oportunidades de sustento y mejores condiciones para la vida rural.