Vanesa Castán Broto
Catedrática de Urbanismo Climático en la Universidad de Sheffield
La COP27, de momento, nos trae buenas noticias. La creación de un fondo de pérdidas y daños es una gran noticia, más después de que año tras año esta demanda de necesidad fuera negada por los países desarrollados. La COP27 ha sido la primera conferencia en la que el fondo de pérdidas y daños se ha puesto en la agenda de negociación y se ha adoptado inmediatamente en un ambiente de consenso político. La cuestión ahora es práctica y de implementación: que los medios financieros igualen los compromisos políticos (dado que, de momento, la financiación para el cambio climático ha dejado mucho que desear).
Por otro lado, los acuerdos para la transición energética y dejar atrás los combustibles fósiles parecen fuera de alcance en la COP27. Ahora más que nunca necesitamos mantener el objetivo de limitar el aumento global de temperatura a 1,5 ºC. Cada fracción de aumento implica mayores costos, mayores daños, y más muertes.