Till Roenneberg
Cronobiólogo e investigador del sueño en la Ludwig-Maximilians-University (LMU) en Múnich (Alemania)
Lo más importante es que el estudio incluya un número limitado de preguntas de investigación claras; de lo contrario, el protocolo se complicará y no obtendremos respuestas. ¿Qué medimos? ¿Cómo lo medimos? Esto es lo que lo convierte en un experimento útil o no. Todo lo demás son relaciones públicas y espectáculo, y por eso hay que tener cuidado.
El hecho de que el experimento implique a una sola persona no lo convierte necesariamente en no científico. Muchos experimentos a largo plazo, como los llevados a cabo por investigadores de Harvard, ponen individuos en condiciones muy definidas y constantes. Podemos obtener cierta información a partir de un experimento bien diseñado con una sola persona, aunque un diseño aún más valioso sería seguir a 20 personas a lo largo del tiempo para poder hacer un análisis estadístico.
Estos experimentos [mediáticos] pueden tener aspectos positivos. Por ejemplo, la BBC llevó a cabo un experimento sobre el reloj biológico, con la colaboración de la investigadora en cronobiología Debra Skene, de la Universidad de Surrey, siguiendo a una persona durante diez días en un búnker para un documental. No era muy científico, pero proporcionó a los espectadores unos elementos para entender el ritmo circadiano y el papel del ciclo luz/oscuridad, por lo que tuvo cierto valor a la hora de señalar al público una importante cuestión biológica.