Teresa Rubio Tomás
Investigadora postdoctoral en el Institute of Molecular Biology and Biotechnology (IMBB) de Grecia
Este estudio amplía el conocimiento existente sobre la calidad de vida y sobre cómo los factores relacionados con la salud física y mental aceleran o retrasan el envejecimiento biológico (o reloj epigenético). El estudio se ha realizado en una población de 1.420 personas en Reino Unido, a las que se les realizaron preguntas sobre su vivienda en el pasado y en el presente y sobre sus sentimientos respecto a esto (si les gustaría mudarse pero no pueden, etc.) y también se tomaron muestras de sangre para analizar el envejecimiento biológico.
El envejecimiento biológico (o reloj epigenético) es algo así como un reloj que indica cuál sería la edad de tus células y de tu cuerpo y es un concepto distinto del envejecimiento cronológico (la edad de una persona). Es decir, una persona puede tener 80 años pero tener unas células que tienen rasgos y se comportan como las de alguien más joven. De hecho, hay estudios que indican que las personas que llegan a edades muy avanzadas tienen un envejecimiento biológico muy lento, es decir, a nivel biológico sus células son como las de personas más jóvenes (y probablemente por eso han llegado a edades tan avanzadas).
Además, y tal y como indica este estudio, el envejecimiento biológico o reloj epigenético se puede revertir, es decir, podemos ‘rejuvenecer’ a nivel biológico, principalmente mediante cambios en nuestro estilo y calidad de vida (menos estrés psicológico, buena dieta y ejercicio físico, y en general todo lo que implica salud física y mental). Tal y como destacan los autores, la posibilidad de revertir el envejecimiento biológico da una base científica a la inversión en políticas relacionadas con el acceso a viviendas de calidad, pues la mejora de la calidad de vida retrasa el envejecimiento biológico.
Es importante remarcar que el envejecimiento biológico (o reloj epigenético) se puede medir de distintas formas, es decir, hay varias características de nuestras células que se pueden medir. Cabe remarcar que la medida que usa este estudio está ampliamente respaldada por estudios anteriores.
De hecho, las conclusiones de este estudio son poco sorprendentes, en el sentido de que son coherentes y esperadas teniendo en cuenta estudios anteriores. Esto no le quita mérito, pues aunque era de esperar que vivir o haber vivido en una vivienda en malas condiciones, independientemente de otros factores, retrase el envejecimiento biológico (o reloj epigenético), todas las hipótesis (teorías) deben confirmarse mediante estudios.
Quizás lo más relevante del estudio, en mi opinión, es que el hecho de tener una hipoteca no afecta ni positiva ni negativamente al envejecimiento biológico, lo cual es sorprendente, pues una hipoteca suele ser una fuente de estrés psicológico. De hecho, el estudio no comenta demasiado este dato, sino que se centra en comparar el alquiler y la vivienda en propiedad, pero me gustaría lanzar la siguiente pregunta: ¿es posible en España acceder a una vivienda (de calidad) sin pasar antes por una hipoteca y sin tener problemas para pagarla debido a la inestabilidad laboral? En cualquier caso, como ya he indicado, el estudio no concluye que una hipoteca acelere el envejecimiento biológico aunque (y esto es relevante) haber tenido problemas para pagarla sí lo acelera. De ahí que el estudio proponga más facilidades y ayudas para acceder a viviendas de calidad.
En cualquier caso el estudio está hecho en el Reino Unido, un país europeo con un estado del bienestar más o menos similar al de otros estados europeos y parece extrapolable a España, pues los factores que se contemplan como aceleradores del envejecimiento biológico son necesidades básicas: demasiada gente en una casa muy pequeña, techos defectuosos (esto puede ser especialmente relevante en el Reino Unido a causa de la lluvia, pero sea como fuera denota una baja calidad de la vivienda), sistema de calefacción inadecuado (esto quizás no sea un problema tan importante en la mayor parte de España como lo es en el Reino Unido).
Los autores destacan que el hecho de pagar un alquiler es un factor que impacta de una forma mucho más negativa que estos factores que acabo de mencionar e incluso parece ser más negativo que el paro (cuando se compara con el hecho de tener un empleo) o el haber sido fumador (cuando se compara con no haber fumado nunca), aunque estas últimas conclusiones habría que tomarlas con precaución.
De todas formas, es un estudio interesante, que como ya he mencionado, sigue en la línea de estudios anteriores, y respalda la implementación de políticas sociales no solamente por razones éticas (el derecho de la vivienda), sino porque el retraso del envejecimiento biológico y, en consecuencia, de las enfermedades asociadas al envejecimiento biológico, mejora la calidad de vida de las personas y, por tanto, supone una inversión en medicina preventiva.