Autor/es reacciones

Tara Spires-Jones

Directora del Centro para el Descubrimiento de las Ciencias del Cerebro de la Universidad de Edimburgo, jefa de grupo en el Instituto de Investigación de la Demencia del Reino Unido y expresidenta de la Asociación Británica de Neurociencia

Este estudio de Yau y colegas de la facultad de Medicina de Harvard muestra que dar más de 5.000 pasos al día se asocia con una ralentización del deterioro cognitivo y de la acumulación de patología de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro. El estudio está bien realizado y los datos representan un avance importante, ya que indican que las personas que ya presentan patología temprana de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro aún pueden beneficiarse incluso de cantidades modestas de actividad física (más de 3.000 pasos al día).  

Sin embargo, este tipo de estudio no permite descartar por completo la causalidad inversa. En lugar de que el aumento de pasos sea protector, las personas podrían tener una actividad física reducida debido al daño previo en los circuitos cerebrales causado por la patología temprana de la enfermedad de Alzheimer. Si bien los autores tuvieron en cuenta algunos aspectos de la causalidad inversa al medir la patología a lo largo del tiempo, para concluir firmemente que el aumento de la actividad física ralentiza la progresión de la enfermedad de Alzheimer se necesitan ensayos aleatorizados.  

En resumen, los datos disponibles indican que mantenerse físicamente activo es bueno para el cerebro, pero no garantiza la prevención ni el retraso de la demencia. 

ES