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Susana Gómez González

Coordinadora del Máster en Conservación y Gestión del Medio Natural e investigadora del departamento de Biología-IVAGRO de la Universidad de Cádiz

Gran parte del territorio español presenta un clima mediterráneo con veranos muy calurosos y secos y los incendios forman parte de la dinámica natural de sus ecosistemas. Sin embargo, el cambio climático está incrementando la frecuencia de olas de calor y modificando el régimen de lluvias de manera que, en veranos muy calurosos precedidos por inviernos y/o primaveras muy lluviosas (como es el caso de este año), se incrementa la probabilidad de grandes incendios, dado que la vegetación ha crecido mucho y luego se ha secado mucho también. Por otro lado, las plantaciones forestales densas que se han establecido en algunas zonas de la península favorecen que los incendios sean más extensos y severos al aumentar la carga del combustible y su continuidad. La presión humana por su parte incrementa la probabilidad de ignición (ya sea intencional o accidentalmente) y esto también se favorece en la época estival debido al aumento en el movimiento de personas y su concentración en los espacios naturales.   

En el incendio de la zona del Parque Natural del Estrecho han actuado varios factores de forma sinérgica; una intensa ola de calor y fuertes vientos tras un invierno lluvioso que generó gran cantidad de combustible fino (hierbas secas) y una fuerte presión turística que ha favorecido la ignición y dificultado las actuaciones de emergencia. Además, en esta región se desarrolla una vegetación natural adaptada al fuego y muy inflamable (brezales y matorrales mediterráneos), que favorece la expansión del fuego. Esta vegetación en algunas zonas ha sido sustituida por plantaciones de pinos que aumentan aún más la carga de combustible y con ello su severidad.  

Considerando que poco podemos hacer para mitigar el cambio climático en el mediano plazo, es importante mejorar la gestión preventiva del combustible a escala de paisaje para reducir la extensión y gravedad de los incendios. El establecimiento de plantaciones forestales debe evitarse en lo posible, especialmente en zonas de interfaz urbano-rural, donde la población estará en mayor riesgo. También es necesario adaptar la ordenación territorial al clima del futuro, generando paisajes en mosaico y evitando la construcción de casas en zonas de alto riesgo de fuego. 

ES