Susana García López
Catedrática en Ingeniería Química y de Procesos, directora del Grupo de Captura y Almacenamiento de Dióxido de Carbono en RCCS (Research Center for Carbon Solutions) de Heriot-Watt University, Edimburgo (Reino Unido)
El descubrimiento de los metal-organic frameworks (MOFs) abrió la puerta a una extraordinaria variedad de aplicaciones, desde el almacenamiento y la separación de gases hasta la catálisis, la detección y la liberación controlada de fármacos. La belleza de los MOFs radica en su diseño modular: al modificar los nodos metálicos y/o los enlazadores (linkers) orgánicos, es posible diseñar materiales a medida con poros de tamaño, forma y funcionalidad química perfectamente controlados. Esta diversidad estructural y química sin precedentes hace que los MOFs sean especialmente prometedores para la captura de dióxido de carbono, donde es esencial equilibrar selectividad, capacidad y estabilidad para cumplir con los exigentes requisitos de una implementación a escala industrial.