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Rocío Núñez Calonge

Directora científica del Grupo UR Internacional y coordinadora del Grupo de Ética de la Sociedad Española de Fertilidad

Uno de los principales problemas en los casos de infertilidad masculina es la astenozoospermia, es decir, la falta de movilidad de los espermatozoides. Sobre todo, cuando no se conoce la causa. Para solucionarlo se emplean técnicas de reproducción asistida como el ICSI, donde solamente se necesita un espermatozoide móvil para introducirlo dentro del ovocito. 

Los autores presentan un estudio con un novedoso método para mejorar e incluso inducir la movilidad de espermatozoides inmóviles. Para ello, utilizan una plataforma de gotas microfluídica, donde introducen de forma individual los espermatozoides y los someten a ultrasonidos. Al aislar los espermatozoides dentro de las gotitas, aunque la transmisión acústica provoca cierto movimiento de las gotitas y hay flujo dentro ella, las células individuales se pueden identificar fácilmente antes y después de la exposición. 

El estudio está muy bien diseñado y las conclusiones respaldadas por datos sólidos. Los resultados muestran que los espermatozoides con baja movilidad inicial son aquellos que experimentan el mayor cambio en la movilidad después de la exposición ultrasónica (a 800 mW y 40 MHz). El porcentaje de espermatozoides no progresivos en una muestra se reduce del 36% a solo el 10% después de 20 segundos de tratamiento ultrasónico. Este aumento en la motilidad es aún más profundo cuando se trata de espermatozoides inmóviles, ya que hace que el 34% de los espermatozoides inmóviles vivos sean móviles después de la exposición. 

Se sabe que la falta de movilidad de los espermatozoides está asociada a una alteración en las mitocondrias, que es como el “motor” de los espermatozoides, el cual necesita energía. En este trabajo, para resolver el mecanismo subyacente detrás del aumento de la movilidad causado por el ultrasonido, se evaluó la regulación de la función mitocondrial mediante el control de los niveles de potencial de membrana mitocondrial, o lo que es lo mismo, verificar el suministro de energía dentro de la célula, que puede afectar a la movilidad. Los resultados demostraron que la aplicación de los ultrasonidos mejoraba este potencial. 

La verdadera importancia de este trabajo radica en la posible aplicación en los casos de pacientes con espermatozoides totalmente inmóviles o en muestras de biopsia de testículo. En estos casos, se han aplicado técnicas, como ellos mismos describen, como la pentoxifilina, una sustancia que, aplicada a los espermatozoides provoca su movimiento. Sin embargo, no está demostrada su seguridad, y no es útil en muchos casos. Por ello, poder utilizar una técnica que no sea lesiva para los espermatozoides, sin necesidad de tinción ni tratamiento químico, ofrece un tremendo potencial para mejorar los resultados clínicos mediante ICSI. 

La nota de prensa, a pesar de describir los resultados con precisión, no resalta esta utilidad, que es la más importante del estudio.

ES