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Rocío Núñez Calonge

Directora científica del Grupo UR Internacional y coordinadora del Grupo de Ética de la Sociedad Española de Fertilidad

Según una investigación publicada en Nature Communications, las células de la piel humana pueden utilizarse para producir óvulos viables. Este estudio piloto demuestra que la reprogramación celular podría ser una vía posible para tratar la infertilidad en humanos, aunque se necesita más investigación para garantizar su eficacia y seguridad antes de su aplicación clínica.  

Una de las causas más frecuentes de infertilidad es la baja reserva ovárica con ausencia de producción de óvulos o baja calidad de estos, principalmente por el aumento de la edad de la mujer. En estos casos, las técnicas de reproducción asistida resultan ineficaces. Por ello, algunos investigadores han propuesto como alternativa la transferencia nuclear de células somáticas. Este proceso consiste en que el núcleo de una célula somática del paciente (como, por ejemplo, una célula de la piel) se trasplanta a un óvulo donado al que se le ha eliminado el núcleo. Sin embargo, mientras que los gametos (óvulos y espermatozoides) tienen la mitad del juego de cromosomas (23), las células somáticas tienen 46 cromosomas, lo que provocaría que, al ser fecundado el óvulo con el núcleo de la célula somática, tuviera un juego extra de cromosomas.  

Se ha desarrollado un método para eliminar este juego extra de cromosomas, probado en modelos de ratón, pero aún no se ha demostrado su eficacia con células humanas.  

Además, otro problema añadido es la reprogramación de las células somáticas, especializadas para ejercer una función concreta en el órgano del que fueron obtenidas, con el fin de regresar atrás, hasta el punto de origen desde el que podrán transformarse en células funcionales de cualquier órgano del cuerpo humano. 

Shoukhrat Mitapilov y su equipo extrajeron el núcleo de células de la piel y lo insertaron en óvulos donados con el núcleo eliminado. Para resolver el problema del juego extra de cromosomas, indujeron un proceso llamado "mitomeiosis", que imita la división celular natural y elimina un juego de cromosomas, obteniendo un gameto funcional. El proceso permitió obtener 82 óvulos funcionales, que fueron fecundados en laboratorio. Una pequeña proporción de estos óvulos fecundados (aproximadamente el 9%) se desarrolló hasta la etapa de blastocisto a los 6 días, aunque todos los embriones fueron genéticamente anómalos.  

Este estudio tiene una importancia enorme, ya que demuestra que este proceso es potencialmente viable en células humanas, lo que abre la puerta a futuras investigaciones sobre esta técnica. 

Los autores señalan varias limitaciones en su estudio, como el hecho de que la mayoría de los embriones no superaran la fase de fertilización y la presencia de anomalías cromosómicas en los blastocitos. Además, informan de la imposibilidad de distinguir entre la detención del desarrollo debido a anomalías cromosómicas y la reprogramación epigenética incompleta de los cromosomas somáticos. Dado que todos los embriones analizados presentaban desequilibrios cromosómicos, resulta difícil separar los efectos de la aneuploidía de los defectos de reprogramación. La modesta tasa de desarrollo hasta blastocisto (8,8 %) probablemente refleja la influencia de ambos factores.  

El éxito de la clonación por transferencia nuclear depende de la eliminación de los programas epigenéticos somáticos y del establecimiento de la totipotencia en los embriones clonados; por lo tanto, se requieren investigaciones más exhaustivas para esclarecer los posibles errores de reprogramación antes de considerar su aplicación clínica. 

Además, hay que tener en cuenta las importantes consideraciones éticas del estudio. De hecho, hace ya algunos años, el Comité de Ética de la Sociedad Americana de Reproducción publicó un documento donde presentó varios argumentos éticos en contra del uso de la transferencia nuclear de células somáticas para el tratamiento de la infertilidad debido a las preocupaciones sobre su seguridad, los posibles efectos desconocidos en los niños, las familias y la sociedad, y la existencia de otros métodos de reproducción asistida que son éticamente aceptables. 

ES