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Roberto Emparan

Físico teórico y profesor ICREA en el Institut de Ciéncies del Cosmos de la Universidad de Barcelona

Este es un agujero negro cuya existencia se conjeturó hace cincuenta años como una idea casi extravagante. Con el tiempo, la evidencia en favor de esta hipótesis ha crecido hasta convertirse en casi una certeza. El premio Nobel de 2020 (a Genzel y Ghez) se  concedió al descubrimiento y observación de estrellas que orbitan en torno a un centro enormemente masivo y compacto, pero oscuro. Con el Telescopio del Horizonte de Sucesos la observación de este objeto se ha realizado de la manera más directa posible: por su 'sombra' en la materia luminosa que lo rodea. La imagen es muy similar a la anterior, en 2019, del agujero negro M87*.

Para la mayoría estas imágenes pueden parecer poco impresionantes: son borrosas y se parecen poco a las bonitas ilustraciones de agujeros negros que vemos en las revistas de divulgación o en películas. Pero, si reflexionamos un poco, es impresionante que se haya conseguido. ¡Podemos ver los agujeros negros! El impresionante desarrollo técnico y científico necesario, y la capacidad de colaborar internacionalmente de forma coordinada para lograrlo, son de los mejores motivos que tenemos para sentirnos orgullosos de la humanidad, pese a que en tantas otros sentidos seamos tan decepcionantes.

Las imágenes que tenemos ahora tienen demasiado poco detalle como para revelar propiedades específicas de estos agujeros negros, ni para poner a prueba de forma precisa la teoría de Einstein. Pero estas imágenes se deben entender como un comienzo: en el futuro, las imágenes se irán haciendo más concretas (y también más bonitas). La tarea solo ha comenzado.

Por el momento, podemos decir que la semejanza entre la imagen de M87* de 2019 y la actual de SgrA*, a pesar de las enormes diferencias entre sus tamaños (el segundo es 1000 veces más pequeño que el primero), indica que el entorno más próximo al agujero negro es muy similar independientemente del tamaño del agujero negro. Más adelante las observaciones nos dirán mucho más sobre las propiedades de la materia en torno al agujero negro, y seremos capaces de decir si este objeto es realmente lo que la teoría de Einstein predice, o un 'impostor' o 'imitador' más exótico. Porque, hoy en día, los agujeros negros se han convertido en la explicación más sencilla y convencional de los históricos descubrimientos de los últimos años. Los agujeros negros han dejado definitivamente el ámbito de la ciencia ficción más loca para convertirse en los vecinos de la puerta de al lado, a los que vemos y saludamos casi todos los días. La imagen de hoy nos muestra, de hecho, a nuestro vecino más cercano de entre los mayores de estos objetos.

Te has hecho de rogar, pero por fin podemos decir, ¡encantados de conocernos en persona, SgrA*!

ES