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Víctor Resco de Dios

Profesor de Ingeniería forestal y Cambio global de la Universidad de Lleida

Sabemos que el 10 % más rico de la población es responsable del 50 % de las emisiones. Esto nos indica que la forma más efectiva de luchar contra el cambio climático no se encuentra necesariamente en el cambio de hábitos de la mayoría de la población, sino en moderar el estilo de vida de ese 10 % ultraemisor. Un ejemplo de este tipo de acciones lo encontramos en los vuelos privados, que son realizados regularmente por unas 256.000 personas. Esto representa al 0,003 % de la población global, pero emiten el equivalente al 1,8 % de todas las emisiones derivadas de la aviación. Dicho de otra forma, las emisiones derivadas de los vuelos privados del 0,003 % de la población emiten en proporción 600 veces más que los del resto de la población.  

El artículo muestra que las emisiones por este pequeño porcentaje de magnates y mandatarios ha subido durante el período 2019-2022. Tal y como indico en mi reciente libro Ecomitos, en muchos países nos encontramos con aumentos en las emisiones a nivel nacional, pero que se deben únicamente a subidas en las emisiones de los sectores más pudientes.   

El evento con mayor número de vuelos privados fue la final de la Copa del Mundo de 2022 en Catar, con 1846 vuelos y casi 15 mil toneladas de CO2 emitidas, seguido por el Foro de Davos (660 aviones) y el festival de Cannes (644 vuelos). Paradójicamente, la reunión la ONU para la mitigación del cambio climático celebrada el año pasado en Dubái (COP28), fue también uno de los eventos con mayor número de vuelos privados (291 vuelos). Casi un cuarto de todos los aviones que volaron a la COP28 también fueron a la final de la Copa del Mundo. Eso sí, no podemos saber si las personas eran los mismas, ya que muchos de esos vuelos son chárteres.  

Por último, cabe destacar que la mayoría de los vuelos se realizan durante el fin de semana, lo que indica un uso eminentemente festivo y no laboral. Las emisiones promedio de cada uno de esos vuelos de ida y vuelta son mayores que las de un ciudadano español durante todo un año. Reducir las emisiones en el grupo más emisor resulta una necesidad tan perentoria como imperativa si queremos mitigar el cambio climático.

ES