Rebecca Bell
Profesora asociada en Tectónica, Imperial College de Londres.
El terremoto de magnitud 8,8 del 29 de julio de 2025 en Kamchatka ocurrió en una falla de tipo megaterremoto (megathrust). Estas son las fallas más grandes de la Tierra y pueden generar los terremotos de mayor magnitud que existen. Las zonas poco profundas de estas fallas suelen encontrarse bajo el agua, por lo que también suponen un riesgo significativo de tsunami. Ejemplos recientes y devastadores de terremotos de este tipo son el de Japón en 2011 (M9) y el de Sumatra-Andamán en 2004 (M9,1).
Las fallas de tipo megathrust se encuentran en zonas de subducción, donde una placa tectónica oceánica más densa se hunde bajo otra placa tectónica menos densa. En el lugar donde ocurrió el terremoto del 29 de julio de 2025, la placa del Pacífico se está hundiendo bajo la placa de América del Norte.
Este tipo de fallas permiten que el terremoto se propague a lo largo de grandes extensiones, y dado su tamaño, es probable que el sismo de magnitud 8,8 haya afectado una longitud de entre 300 y 400 kilómetros. Según el USGS, la profundidad fue de 20 km, lo cual es bastante superficial para un terremoto de este tipo. Una ruptura tan superficial de la falla aumenta la probabilidad de que el fondo marino se desplace, lo que puede generar un tsunami.
Un terremoto de esta magnitud en esta zona no es una sorpresa: en 1952 ya se registró un sismo de magnitud 9,0 cerca de esta última ruptura. Se trata de una zona de subducción bien conocida por su capacidad de generar grandes terremotos.