Raquel Sánchez-Valle
Jefa de Servicio de Neurología del Hospital Clínic de Barcelona y secretaria del Grupo de estudio de conducta y demencias de la Sociedad Española de Neurología
Después de la nota de prensa de la farmacéutica Eisai del 28 de septiembre del 2022 relativa a los resultados del estudio de fase 3, Clarity, con lecanemab en pacientes con enfermedad de Alzheimer temprano (deterioro cognitivo leve y demencia leve por enfermedad de Alzheimer), estábamos a la espera de la presentación de los resultados científicos que se ha realizado de forma simultánea en un congreso internacional (CTAD 2022) y con la publicación de los resultados revisados por pares en la revista New England Journal of Medicine.
La primera conclusión de la lectura del artículo publicado es que los resultados anunciados se mantienen tras la revisión por pares. El análisis del objetivo primario de eficacia (suma de cajas del Clinical Dementia Rating-CDR-SOB) muestra un beneficio significativo del tratamiento con lecanemab a los 18 meses de tratamiento. La diferencia entre el grupo activo y el placebo en el objetivo primario con el tratamiento estadístico especificado fue de -0,45 puntos en CDR-SOB (declinar de 1,21 puntos en la rama de lecanemab y 1,66 en la rama placebo), lo que supone un 27 % menos de empeoramiento en el brazo activo. Este resultado es estadísticamente positivo (el estudio se diseñó para identificar una diferencia igual o superior al 25 %). Los cuatro objetivos secundarios preespecificados también mostraron un efecto positivo para lecanemab. Lo leído nos indica que el ensayo muestra un resultado global positivo, con resultados en las diferentes variables preespecificadas congruentes entre sí, en línea con los resultados de los estudios previos con este fármaco.
Respecto al efecto clínico, se concluye en la publicación que es modesto. El estudio fue diseñado para identificar un 25 % de diferencia a los 18 meses en la escala CDR-SOB tras consulta a las autoridades reguladoras y expertos. Mi lectura es que el objetivo propuesto, según los datos mostrados en la publicación, se ha cumplido. Actualmente no hay consenso sobre qué magnitud de cambio en la escala elegida por consenso previo (CDR-SOB), ha de ser considerada clínicamente relevante. Es más, la literatura previa nos indica que pacientes, clínicos y pagadores (que incluyen el coste, además del beneficio en la evaluación) pueden tener una opinión diferente a este respecto. No creo que pueda compararse el efecto con fármacos sintomáticos disponibles para fases de demencia leve-moderada, dado que la población diana y el diseño de los estudios son diferentes, y los cambios en una escala determinada no son lineales a lo largo de la evolución de la enfermedad de Alzheimer. Será necesario disponer de datos a más largo plazo para conocer si este efecto clínico se mantiene, se incrementa o es transitorio para conocer su potencial impacto clínico.
La captación de trazador que marca amiloide en placas, que se incluyó como objetivo secundario, se redujo de forma muy relevante y significativa en los pacientes tratados, y si bien no se proporciona el dato de qué porcentaje de pacientes se negativizaron en esta prueba, se indica que el nivel medio de la captación de trazador se encontraba a los 18 meses por debajo del dintel de positividad de amiloide, lo que indicaría que el efecto clínico podría estar asociado a una reducción drástica en la carga de amiloide en los pacientes tratados.
Un 21,5 % de los tratados con lecanemab presentaron alguna de las alteraciones en resonancia magnética que se han relacionado con amiloide (ARIA), frente a un 9,5 % en la rama placebo. Estas alteraciones fueron más frecuentes en los portadores del genotipo ε4 del gen APOE, indicando que, si bien estas alteraciones pueden aparecer espontáneamente en pacientes con enfermedad de Alzheimer, este tratamiento antiamiloide aumenta su frecuencia, especialmente en los pacientes genéticamente más susceptibles. Si bien la mayoría de estas alteraciones no se acompañaron de síntomas, un 3,5 % de los pacientes que recibieron lecanemab presentaron síntomas relacionados con estas alteraciones en la resonancia. De los que recibieron lecanemab 5 sujetos (0,6 %) presentaron una hemorragia cerebral y 1 (0,1 %) de los que recibieron placebo. También se refirieron más reacciones relacionadas con la infusión del fármaco en la rama activa (26,4 % frente a 7,4 %). Hubo 6 fallecidos en la rama de tratamiento y 7 en la rama placebo, si bien ninguna de las muertes se atribuyó al fármaco. Estos efectos son en mi opinión relevantes y requieren monitorización estrecha del fármaco, especialmente los primeros meses, y conocimiento por parte de los pacientes que reciban el fármaco, pero creo que per se sean un motivo, en este momento, para evitar su uso.
Recientemente, diferentes fuentes de prensa se han hecho eco de un caso de una paciente que falleció encontrándose en la fase abierta del estudio. Esta paciente presentó una hemorragia cerebral de forma inmediata después que le fuera administrado un tratamiento con rtPA, un fármaco que se administró para intentar deshacer un trombo, tras sufrir un ictus. Es bien conocido que un porcentaje de pacientes tratados con rtPA presentan como complicación una hemorragia cerebral, y que este porcentaje es mayor en pacientes con amiloide en sus vasos cerebrales. Por los datos que han trascendido públicamente, no creo que se pueda atribuir al efecto directo del lecanemab la hemorragia que llevó al fallecimiento de esta paciente, sino al rtPA. Otra cosa es que habrá que analizar el caso y valorar si es seguro el uso del fármaco rtPA en pacientes que reciban lecanemab o se ha de evitar, como sabemos que se ha de evitar en otras situaciones clínicas y con otros fármacos.
La FDA anunció que el 6 de enero del 2023 comunicará su decisión sobre la aprobación de lecanemab por la vía de aprobación acelerada. Asociaciones de pacientes y de profesionales probablemente se pronunciarán en las próximas semanas sobre los resultados de lecanemab. Es probable que las autoridades regulatorias no solo analicen los resultados del estudio, sino que también consideren las opiniones de los afectados en relación con la eficacia y tolerabilidad.