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Quique Bassat

Director general e ICREA research professor en el Instituto de Salud Global Barcelona (ISGlobal)

Aunque el número de muertes por sarampión está en su nadir histórico (95.000 muertes en 2024, la gran mayoría, en niños menores de cinco años), debemos alarmarnos por el aumento significativo de casos que se ha ido produciendo en comparación con la época prepandémica y que es atribuible directamente a las brechas en vacunación contra esta enfermedad.  

Que en el 2025 sigan muriendo centenares de niños cada día por una enfermedad 100 % prevenible mediante una vacuna altamente eficaz y segura es simplemente inexplicable e inaceptable. El sarampión podía haber sido la segunda enfermedad erradicada de la faz de la tierra, pero en vez de celebrar otro triunfo de la eficacia de las vacunas, seguimos teniendo que justificar la necesidad de vacunar contra esta enfermedad. Ojalá que el resurgimiento de esta enfermedad sirva —al menos— como recordatorio del lujo que significa disponer de vacunas, y de lección para no repetir errores en el futuro. 

ES