Pol Forn-Díaz
Jefe del grupo de Tecnología de Computación Cuántica del Institut de Física d'Altes Energies (IFAE)
John Clarke, Michel Devoret y John Martinis son tres de los investigadores que más han contribuido al campo de la física cuántica de los circuitos eléctricos superconductores. Sus trabajos en los años ochenta demostraron que un superconductor se comporta como un sistema cuántico único, macroscópico, es decir, que aunque cuenta con una cantidad gigante de electrones, todos ellos actúan al unísono; de hecho, se considera como un condensado con carga eléctrica. Los resultados que obtuvieron demostraron que los circuitos, en efecto, tienen un comportamiento cuántico macroscópico observable como voltajes y corrientes, y que exhiben niveles energéticos cuantizados, como si fueran átomos artificiales diseñados en un laboratorio.
Todos los experimentos que desarrollaron aprovecharon la física del efecto Josephson, en el que dos superconductores se ponen casi en contacto, con una pequeña barrera entre ellos de dimensiones microscópicas, pero que aun así permite que, debido al efecto túnel, la corriente superconductora cruce de un lado al otro. Este elemento, hoy llamado la unión Josephson, es el equivalente al transistor de los procesadores modernos para la construcción de ordenadores cuánticos superconductores. De hecho, los experimentos por los que se ha dado este premio Nobel representaron una versión primitiva de lo que hoy llamamos un bit cuántico, o cúbit, que es el elemento básico que constituye los ordenadores cuánticos.