Pilar Brufau
Investigadora y profesora titular en el Departamento de Ciencia y Tecnología de Materiales y Fluidos de la Universidad de Zaragoza
El estudio presenta un análisis comparativo de la formación de una DANA como la ocurrida a finales de octubre en España, respecto a cómo habría sido esta misma DANA en el pasado (1979-2001). Este análisis, realizado por un equipo con amplia experiencia en fenómenos meteorológicos extremos, dentro del marco de ClimaMeter, se basa en la observación de variables como: presión en superficie, temperatura, precipitación y viento. El enfoque empleado es buscar situaciones meteorológicas similares observadas en el pasado para evaluar la influencia del cambio climático en la intensidad y características del evento. Esta metodología permite identificar aumentos significativos en las precipitaciones y temperaturas en la región mediterránea, lo que sugiere que el calentamiento global puede haber intensificado el evento y su impacto. En este sentido, estudios como este son cruciales para anticiparnos a eventos futuros, especialmente en regiones vulnerables como el Mediterráneo, donde las DANAS pueden tener efectos devastadores en términos sociales y económicos.
Sin embargo, el estudio también presenta limitaciones que deben ser consideradas. Los propios autores reconocen que la confianza en la solidez de este enfoque es baja debido a la excepcionalidad del evento en el registro histórico de datos. Para compensar esta falta de comparabilidad directa, han tenido que ampliar el análisis a eventos análogos que, aunque similares, no comparten exactamente las mismas características. Esta limitación en la disponibilidad de datos históricos específicos reduce la precisión con la que se puede atribuir el evento exclusivamente al cambio climático antropogénico. Asimismo, la complejidad de factores como la Oscilación Multidecadal del Atlántico introduce incertidumbre sobre si el evento responde solo a variabilidad climática natural o a la influencia directa del calentamiento global.
Desde una perspectiva personal, considero que este tipo de estudios es fundamental para mejorar la capacidad predictiva ante futuros eventos extremos. La modelización también desempeña un papel esencial en esta anticipación, ya que mejorar la precisión de los modelos a través de simulaciones de alta resolución y análisis en tiempo real, basado en observaciones de variables físicas, permitiría prever con mayor exactitud la intensidad y localización de las tormentas.