Autor/es reacciones

Peter Malinowski

Profesor de Psicología de la Salud en la Universidad John Moores de Liverpool (Reino Unido)

Este artículo no trata tanto de ‘estrategias para la felicidad’ sino, más bien, de una reflexión sobre cómo han cambiado las prácticas de investigación. Cada vez es más habitual hacer un registro previo de estudios empíricos, y cada vez se presta más atención a los análisis de potencia [de los estudios]. 

La conclusión a la que llegan los autores es que, cuando se evalúan con respecto a la norma actual de rigor empírico, solo unos pocos estudios están a la altura. Entonces, en base a estos trabajos de investigación, no se pueden sacar muchas conclusiones sobre la cuestión de si las diferentes ‘estrategias para la felicidad’ son eficaces. 

No podemos concluir que todos los demás trabajos empíricos, a menudo publicados antes de que se establecieran estas nuevas normas, sean inútiles. De hecho, para muchas preguntas de investigación existen metaanálisis que sugieren la eficacia de tales enfoques y que, hasta cierto punto al menos, pueden mitigar la falta de prerregistro o la baja potencia. 

Tiene sentido que los autores señalen que puede existir la idea errónea (por parte de editores de revistas o entidades que financian la investigación) de que estas cuestiones de investigación han sido resueltas. Si nos atenemos a la norma actual, no lo están. Pero, si el esfuerzo científico continúa, siempre será así: las normas seguirán cambiando. 

Es útil tener esto en cuenta y evitar volverse extremista ‘desechando’ todo lo que se ha hecho antes. Eso no es lo que hacen los autores, sino lo que podría leerse en sus resultados. 

ES