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Pablo Alonso Fernández

Doctorando en Economía y miembro del grupo de investigación en Bioeconomía, Economía ecológica y de los Recursos naturales de la Universidad de Santiago de Compostela

El estudio es de gran calidad y las conclusiones proceden de datos y métodos sólidos y bien aplicados. Las limitaciones están bien identificadas.  

Este trabajo es coherente con la literatura existente, en tanto que es sabido que una gran parte del consumo energético y las emisiones se generan en los percentiles más elevados de la sociedad. La principal novedad es el estudio a un nivel micro (hogares) de esta situación, lo que supone una base para diseñar políticas climáticas más eficientes y más sensibles con las desigualdades.   

Existen limitaciones que deben ser tenidas en cuenta, aunque no deberían modificar demasiados las principales conclusiones. Las limitaciones se comentan en el artículo y pueden destacarse las siguientes: los datos no están armonizados entre países y los períodos observados son demasiado breves en algunos casos, lo que puede producir distorsiones en el cálculo del consumo de energía (por ejemplo, es posible que en el período recogido se llene el depósito de gasoil de una vivienda, aumentando sensiblemente el consumo). Por otra parte, los datos a nivel cualitativo se han recopilado en Inglaterra, por lo que su extrapolación al resto de países de la Unión Europea está limitada por las diferencias socioeconómicas y culturales.   

Estos modelos pueden ser muy importantes para orientar las políticas de transición ecológica, pues permiten introducir una perspectiva de equidad en la reducción de emisiones. De esta forma, pueden diseñarse políticas climáticas más justas y eficientes, con un menor impacto sobre los sectores más vulnerables de la sociedad. Estas políticas son perfectamente aplicables al caso de España. 

Muchos países aplican políticas parecidas, pero centradas en el aumento de la capacidad de consumo de los percentiles más pobres (por ejemplo, el bono social eléctrico) y no en la limitación del consumo de los más ricos. Otras medidas, como el descuento de 20 céntimos [por litro] sobre los combustibles, no siguen una línea parecida porque no tienen capacidad redistributiva y benefician en mayor medida a los grupos más ricos, que se desplazan más frecuentemente en vehículos particulares de mayor consumo. Lo más parecido podría ser el impuesto de matriculación más elevado que se aplica a vehículos de mayor cilindrada, pero es una medida tímida y con muy poco efecto.

ES