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Pablo J. Fernández-Marcos

Jefe del Grupo de Síndrome Metabólico (BIOPROMET) en IMDEA Alimentación

Es un trabajo monumental de caracterización del efecto del ayuno periódico sobre el envejecimiento. Encuentran que la restricción calórica clásica (comer menos) beneficia a la duración y la calidad de la vida, pero los efectos son mejores si se añade además un período de ayuno. También, el tiempo en el que se realiza la alimentación y el ayuno es importante.

Usa cinco protocolos muy bien controlados de alimentación en ratón: un grupo control con acceso libre a la comida (Ad libitum); y 4 protocolos en los que se reduce un 30% las calorías administradas, pero controlando muy bien los tiempos de alimentación. 

Teniendo en cuenta que los ratones son nocturnos, los animales que comen por la noche serían los “alineados” en cuanto a sus ritmos circadianos; mientras que los alimentados por el día estarían comiendo fuera de sus ritmos normales (como si un humano comiese por la noche, entre sueño y sueño).

Obtiene datos muy precisos sobre el comportamiento del ratón y expresión de genes a diferentes tiempos del día. Lo impactante es que todo esto lo realizan durante los 3 años (o más) de duración de la vida de los ratones: un proyecto gigantesco y valiosísimo.

Lo más interesante que observan es que la restricción calórica clásica (comer menos) es de por sí beneficiosa en cuanto a la duración de la vida y la calidad de la vida durante la vejez. Sin embargo, si añadimos un período de ayuno a la restricción calórica clásica, los efectos son claramente mejores: pasamos de un 10% de aumento de longitud de vida con sólo restricción calórica, a un 20-35%. Es decir: el ayuno periódico hace algo específico que no hace la restricción calórica, y que supone beneficios propios

Otro hallazgo interesante es que el tiempo en el que se realiza la alimentación y el ayuno es importante: si comemos fuera de su momento natural (el día en ratón, equivalente a la noche en humanos), aún tenemos efectos beneficiosos en comparación con los ratones ad libitum; pero son menores en comparación con los que ayunan por la noche. Además, los beneficios de ayunar 12 horas y comer a lo largo de las otras 12 son muy similares a los beneficios de ayunar 22 horas y comer sólo durante 2 horas. 

Aunque el estudio es magnífico, deja abiertas muchas dudas aún:

  • Es una lástima que estos estudios se restrinjan a ratones macho, ya que es muy conocido que la respuesta a la restricción calórica y/o el ayuno es distinta entre machos y hembras/hombres y mujeres.
  • Se ha hecho el estudio en ratones gemelos al 100%. Los resultados en una cepa distinta podrían ser muy diferentes. Esto limita mucho la extensión de estos resultados a los seres humanos, con genéticas muy distintas entre individuos
  • Los tiempos de alimentación en los ratones ayunados no son muy aplicables a humanos: no es frecuente comer en nuestras horas de sueño, como ocurre con los ratones que sólo se alimentan durante el día. 
  • Los ratones tienen acceso a ruedas de ejercicio y las usan de manera intensiva. Un grupo español (el del Prof. José Viña, en Valencia) ya publicó que el ejercicio sin restricción calórica mejora las enfermedades asociadas al envejecimiento, pero no aumenta la longevidad. Sería interesante saber si los efectos del ayuno se mantienen en un ambiente sedentario, sin ruedas de ejercicio; o con dietas ricas en grasa o azúcares, representativas de lo que nos encontramos en los seres humanos actuales. 
  • La restricción calórica comienza cuando los ratones son muy jóvenes. Se sabe que los efectos beneficiosos de la restricción calórica disminuyen cuando comienzan a edades más tardías: ¿se mantendrían las diferencias entre los diferentes protocolos de ayuno, si se comienzan cuando los ratones son más mayores? 
  • Sólo estudian los genes expresados en el hígado, un órgano muy relevante. Pero queda pendiente saber qué ocurre con otros tejidos igualmente relevantes, como el músculo, el cerebro, la grasa…
ES