Autor/es reacciones

Las concentraciones atmosféricas de CH4 observadas este otoño/invierno suponen un máximo de las series de medidas disponibles hasta la fecha. Estos valores máximos se han observado tanto desde plataformas espaciales, afectando por tanto a toda la columna atmosférica, como a nivel de superficie, como es el caso de la estación de Vigilancia Atmosférica Global Izaña (Agencia Estatal de Meteorología), perteneciente al programa de observación de la Organización Mundial de Meteorología.

En el Observatorio de Izaña, los promedios mensuales de las concentraciones superficiales de CH4 registradas durante Octubre (1940 ppm), Noviembre (1959 ppm) y Diciembre de 2021 (1952 ppm) suponen el máximo histórico desde que comenzó el programa de observaciones de gases de efecto invernadero en 1984.

Aún es pronto para valorar las causas de estos aumentos, pero actualmente los estudios se centran en analizar posibles anomalías en el balance entre las emisiones desde fuentes biológicas y combustibles fósiles, y su destrucción química en la atmósfera. Si bien, algunos trabajos preliminares apuntan a que el calentamiento anómalo de la parte más occidental de Siberia y su mar de hielo puede estar liberando emisiones anómalas de CH4 a la atmósfera asociadas al derretimiento del permafrost de esas zonas.

 El efecto climático de estas emisiones anómalas de CH4 dependerá de su duración, i.e., si son emisiones puntuales o suponen un cambio significativo y permanente en las tendencias observadas. En este último caso, sí pueden contribuir al calentamiento observado, especialmente a medio plazo.

ES