Los bosques gestionados por la industria son más propensos a provocar megaincendios, según una investigación en Estados Unidos
Entre 2019 y 2021, cinco grandes incendios quemaron casi 500.000 hectáreas en Sierra Nevada (California). Ahora, un equipo de Estados Unidos ha analizado la relación entre la estructura y el tipo de propiedad de esos bosques y el desarrollo de un incendio de gran severidad. Sus conclusiones son que esta probabilidad es un 45 % mayor en los terrenos privados dedicados a la industria maderera que en los bosques públicos. Los resultados se publican en la revista Global Change Biology.
Incendio forestal en la Reserva Natural Courel-Ancares, en los montes entre León y Galicia, este lunes. EFE/ Eliseo Trigo.
Víctor Resco - megaincendios California
Víctor Resco de Dios
Profesor de Ingeniería forestal y Cambio global de la Universidad de Lleida
Este estudio se alinea con la práctica totalidad del corpus científico actual: la estructura del combustible es un factor clave en el comportamiento de los incendios. Uno de los aspectos más importantes de esta estructura es la densidad de matorrales: cuando crecen formando una especie de escalera, se permite al fuego escalar hasta las copas de los árboles. Bajo estas condiciones se forma una muralla de llamas altísimas que desemboca en incendios fuera de la capacidad de extinción.
Según los autores, este tipo de estructura en los bosques de Sierra Nevada (California) es más común en los bosques industriales. Esto contrasta notablemente con nuestra realidad, dado que aquí muchos de los bosques industriales carecen de sotobosque, de forma que rara vez arden. De hecho, los datos nos indican cómo el área quemada en eucaliptares es marginal. Este tipo de estructuras, con el matorral en escalera, en España es común en plantaciones abandonadas, como los pinares que se plantaron a partir de los años 40, y también en muchos espacios protegidos.
Este estudio también nos indica cómo, en contra de lo que en ocasiones se oye, la especie de árbol no determina el tipo de incendio: la clave está en el combustible, que es el sotobosque o lo que crece en la superficie del suelo, ya que es por ahí por donde propaga el incendio.
En cualquier caso, es importante recordar que la vacuna frente a los incendios no está en la gestión forestal en sí, sino en la gestión del combustible. Esto es, los incendios se propagan sobre todo por el sotobosque. Por tanto, debemos procurar mantener unas cargas de matorral y de hojarasca por debajo de los umbrales asociados a incendios de alta intensidad en bosques gestionados y plantaciones industriales.
Actualmente los bosques industriales no suponen un problema incendiario en España ni Portugal, como hemos comentado. Ahora bien, si estas plantaciones se abandonan en algún momento, entonces sí que pasarían a ser altamente inflamables.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
Levine et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares