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Carmen Morales

Profesora contratada en la Universidad de Cádiz, investigadora en el Instituto de Investigación Marina (INMAR) y de la Scientists Coalition for an Effective Plastics Treaty 

El vertido de pellets en Galicia es una muy mala noticia. Estas pequeñas esferas plásticas son altamente persistentes en el medio natural. Dada su flotabilidad pueden ser dispersadas por las corrientes, lo que hace muy difícil su recuperación. Con el tiempo, parte de estos plásticos llegarán a las costas, como ya se está viendo, pero otra parte quedará fuera de la vista, bien porque han sido transportadas mar adentro o porque aumentan su densidad y acaban hundiéndose, enredándose con materia orgánica o enterrándose en los sedimentos.  

Además del evidente impacto visual, estas esferas presentan un rango de tamaño que hace que puedan ser confundidas por alimento y consumidas por los organismos marinos; una vez ingeridos, los pellets pueden producir daños físicos, como el generado al alterar la ingesta de alimento o por abrasión y también a otros niveles, como alteraciones endocrinas o impactos derivados de sustancias tóxicas asociadas.  

Todo esto ocurre a la vez de que se está negociando, con mucha dificultad, un Tratado Mundial sobre los Plásticos, con una especial atención en el medio marino. Para que esta herramienta sea efectiva y para que la marea de plástico que sufre Galicia no vuelva a repetirse en ningún lugar del mundo, deberá contar con la evidencia científica y el principio de precaución.

ES