Mireia Vallès-Colomer
Jefa de del Grupo de Investigación del Microbioma del departamento de Medicina y Ciencias de la Vida de la Universidad Pompeu Fabra
Siew Ng y sus colaboradores han llevado a cabo el mayor estudio hasta la fecha sobre la composición del microbioma intestinal en pacientes con trastorno del espectro autista. Esta área ha sido objeto de considerable debate, ya que estudios previos comparando la composición del microbioma en niños y niñas con autismo frente a grupos de control habían encontrado alteraciones pero estas variaban entre estudios. En 2021, se publicó un artículo que sugería que las alteraciones observadas en estudios anteriores eran consecuencia de la dieta y no una característica intrínseca del autismo. Esto resulta plausible, ya que los niños y niñas con autismo a menudo presentan conductas de rechazo o evitación de ciertos alimentos, lo cual puede llevar a una dieta más restrictiva. Sin embargo, se detectaron errores en el artículo y se publicó una corrección en enero de este año, aunque parece que no modifica la conclusión general.
El estudio de Siew Ng confirma que la dieta explica parte de las alteraciones del microbioma, pero incluso después de controlar este factor, se siguen detectando diferencias. Para ello, han analizado nuevas muestras y reanalizado los datos de estudios anteriores. Además, no se limitaron a examinar la composición de la fracción bacteriana del microbioma (como hacen muchos estudios), sino que también analizaron arqueas, virus y hongos. Aunque la metodología presenta algunos puntos debatibles, los datos están disponibles públicamente, lo que permitirá a otros equipos verificar si llegan a las mismas conclusiones.